La sinagoga más grande de Turquía -y la tercera más grande Europa- restaurada como museo tras décadas de ruina total.
Edirne, la antigua Uskudum, en la clásica región de Tracia -hoy frontera de Turquía con Grecia y Bulgaria- tiene una larga historia, pero es más conocida desde que en el año 125 d.e.c. , el emperador Hadriano decidió reconstruirla y ponerle su nombre, Adrianópolis, como hiciera con la misma Jerusalén, a la cual denominó Aelia Capitolina porque él era Publio Elio Hadrianus.
La comunidad judía de Edirne, que al menos data de la época bizantina, es en origen romaniote, y prosperó porque la ciudad era tradicionalmente importante punto de comercio del lino , el cuero, el agua de rosas….No obstante la comunidad se ve muy aumentada con la expulsión de los sefardíes y ambas comunidades conviven hasta extremos de a veces casi fundirse en una misma sola.
Por ella pasaron personalidades como el falso mesías, Shabtai -que fue interrogado por le sultán acerca de sus delirios-o Mordejai Comntino o el mismísimo Yosef Caro, que redactó aquí sus comentarios a Beit Yosef. Familias como los Ben Verga (En 1554, Salomón y José Jabes establecieron una imprenta hebrea y publicaron Shevet Yehuda, de Solomon Ibn Verga y Sha’arit Yosef , de Joseph Ibn Verga) poetas como Avtalión Ben Mordejai, el rabino Isaac Moljo, autor de un popular tratado de shjitá (ritual para matarifes) Y como todas las comunidades balcánicas, en el S XIX, el fenómeno intelectual de la Haskalá, la Alliance , los periódicos en hebreo y en ladino, etc.
En 1873 había aproximadamente 12,000 judíos en la ciudad; durante 1903-11, 17,000. En 1905 hubo un tremendo incendio que asoló gran parte de la ciudad y por tanto de sus comercios, además de empezar a sufrir las consecuencias de la inestabilidad política de las guerras balcánicas.
Antes de la Primera Guerra Mundial su número aumentó a 28,000, pero a partir de entonces disminuyeron a 13,000. . En 1965, 400 judíos todavía residían en Adrianópolis.
El 20 de agosto de 1905 se declaró el peor de los incendios que la ciudad hubiera conocido a lo largo de su dilatada historia. Arden iglesias, escuelas, comercios, cafetines, mezquitas, hornos, molinos, y más de 1100 casas de madera , en calles estrechas. El fuego se propagó de forma tan virulenta -el viento del norte- que las trece sinagogas de la ciudad quedaron o inutilizables o completamente desaparecidas. 22.000 judíos quedaron sin donde rezar.
El seis de enero de 1906, el sultán Abdul Hamid II decretó que se construyera una gran sinagoga para que los judíos pudieran rezar en un sitio digno. Así que se le encargó a un afamado arquitecto francés la obra, Franc Depré.
Depré se inspiró en la Gran Sinagoga de Viena -destruida en la Noche de los Cristales Rotos de 1938-Leopoldstädter Tempel, la mayor de Viena, había sido construida en 1858 en un estilo neo-moro que era muy del gusto de los románticos en su necesidad de evadirse de la realidad mediante paisajes exóticos y de otras épocas. La sinagoga española de Praga, o la de Dohany en Budapest, así como muchas otras más, son de ese mismo estilo, de hecho están todas inspiradas también por la de Viena. La de Edirne no iba a ser menos, pro el mero hecho deque además la gran mayoría de los feligreses eran sefardíes.
Fue inaugurada en el Leil Ha´Seder de 1909. Con una capacidad de 900 hombres y 300 mujeres. Pero con el tiempo, la comunidad judía de Edirne fue desapareciendo -Estados Unidos, Israel- y fue cayendo en el abandono hasta límites insospechados.
En 1995 se hizo cargo del edificio la Institución de las Fundaciones Turcas. La sinagoga, así como su edificio anexo, fueron restaurados por la Institución en cinco años, lo que costó aproximadamente $ 2.5 millones. El 26 de marzo de 2015, la sinagoga fue reabierta con la celebración de un servicio de Shajarit, al que asistieron un gran número de judíos, incluyendo a Ishak Ibrahimzadeh (líder de la comunidad judía en Turquía), Rav Naftali Haleva, adjunto del Jajam Bashi ( El Gran Rabino) Ishak Haleva, Bülent Arınç, Viceprimer Ministro de Turquía y algunos otros altos funcionarios turcos.
El culto fue supervisado por el rabino David Azuz, quien fue quien dirigió el servicio el día de cierre , 36 años antes. La Municipalidad de Edirne saludó a los invitados con una pancarta en la calle de la sinagoga con las palabras «Bienvenido a casa, nuestros viejos vecinos».