LA INQUISICIÓN DE ARAGÓN

Notas generales  sobre la creación, desarrollo, peculiaridades y vicisitudes de la Inquisición Aragonesa, sus inquisidores generales y sus víctimas, de bendita memoria.


El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Aragón fue creado por Fernando II y el Papa Sixto IV el 17 de octubre de 1483, siendo su sede el Palacio de la Aljafarería -que es hoy el palacio presidencial de la comunidad autónoma de Aragón. Su jurisdicción abarcaba todo el territorio del Reino de Aragón, algunas localidades de los condados catalanes y exceptuaba Teruel. Tras las Cortes de Tarazona el 14 de abril de 1484, el inquisidor general , Torquemada, delegó la dirección de la Inquisición aragonesa,  el dos de mayo de ese mismo año, en el dominico Pedro Gaspar Juglar y el canónigo de la catedral de Zaragoza Pedro Arbués.

Palacio de la Aljafarería entonces

Del primero no sabemos nada de su vida -por el apellido parece ser de origen andaluz- y siquiera sabemos a ciencia cierta cuál fue la causa de su muerte: apareció muerto en enero de 1485, dicen que envenenado.

Del segundo sabemos mas: nacido en Epila, Aragón, en 1441, fue un presbítero agustino, formado en Bolonia, Italia, de cuya universidad fue catedrático de Filosofía Moral. En 1474 fue ordenado canónigo de la Seo de Zaragoza. Tras la muerte de su colega Gaspar Juglar, único inquisidor general del Reino de Aragón. O de casi todo Aragón, porque con Teruel tuvo problemas para incluirla en su nefasta jurisdicción inquisitorial: le negaron la entrada en la ciudad , por lo que todas las autoridades públicas fueron excomulgadas; el clero turolense protestó ante el Papa, que revocó la excomunión, y acto seguido escribieron una carta de protesta al rey. En ella decían que en Teruel no había herejes, y que si los hubiere, habría que actuar mediante la persuasión, no con la violencia. La respuesta real fue que en febrero de 1485 llegaron a Teruel los efectivos necesarios para obligar a cumplir los deseos de la monarquía contra los herejes.

En la localidad de Cella , en la frontera con Castilla, abrieron una sede dirigida por  el dominico Juan de Colivera y el maestro en Teología, Martín Navarro. En Calatayud hubo desde al menos 1488.  El tribunal de Huesca al principio, curiosamente, constituyó unidad con el de Lérida y Urgel, de los cuales pasa éste a Barcelona en 1498, y Carlos V vincula Huesca y Lérida, en 1519 y para siempre, al de Zaragoza; Jaca lo tuvo en ocasiones, transferido al de Zaragoza desde 1521; Tarazona , en 1519. El tribunal de Zaragoza abarcó, pues, desde 1519 hasta el final, las diócesis de Zaragoza, Huesca, Jaca, Barbastro y Lérida. Luego, en 1518,  se unificó todo en uno,  bajo un único inquisidor general  en la persona del cardenal Adriano (durante el mandato de Cisneros fueron inquisidores de Aragón Juan Enguera, O.P., obispo de Vich, y luego el cartujo Luis Mercader)

El zaragozano Jerónimo de Zurita, cronista mayor del Reino de Aragón, e hijo del médico personal del rey Fernando II, magistrado de Barbastro y bayle de Huesca, además de asistente  inquisitorial, relata que hubo gran oposición a la Inquisición por parte de los judeo-conversos pero también por parte de la nobleza, que sentía que el Tribunal era una injerencia castellana en la administración aragonesa: el noble aragonés,  por tanto,  temía resultaran afectados sus privilegios aristocráticos.

El portal DARA-Medieval tiene como objetivo  dar acceso a  los documentos históricos de  45 archivos aragoneses desde los orígenes del reino hasta 1516 ( esto es  desde Ramiro I al fin del reinado de Fernando II) En este ingente corpus documental tenemos noticia de procesos como el que se abrió a Jaime de Santángel, menor de edad, hijo de Jaime Martínez de Santángel, vecino de Teruel, por pronunciar palabras contra la fe y practicar ritos judaicos, o  Luis de Molina, pellejero vecino de Daroca, que jugó a los naipes en la judería el día de Jueves Santo; o Clara de Estobar, costurera de  Calatayud, acusada de practicar ritos judaicos el 28 de marzo de 1488, o Doña Leonor, viuda de Sperandeo Ram, los Zayas, los Ariza, los Cabra, Blanes -todos ellos bilbilitanos judaizantes.  No hay sitio aquí para enumerarlos a todos.

Puesto que la vía institucional no ofrecía frutos, parte de los conversos aragoneses decidió pasar a la acción, buscando acabar con la vida de Pedro Arbués. Los dos primeros intentos fueron fallidos, pero en la noche del 14 de septiembre de 1485, de rodillas frente al altar de la Seo de Zaragoza, ocho hombres le acuchillaron en el cuello (en el torso sabían que llevaba una malla protectora) Dos días después, por efecto de las heridas, murió. El escándalo fue mayúsculo, sobre todo cuando se detuvo a los asesinos y se comprueba que habían sido pagados por un grupo de conversos. Tanto autores materiales como instigadores fueron condenados en Auto de Fe y ejecutados todos entre el 30 de junio y el 15 de diciembre de 1586. Según Zurita,  a uno de los asesinos «le cortaron las manos y las clavaron en la puerta de la Diputación, tras lo cual fue arrastrado hasta la plaza del mercado, donde fue decapitado y descuartizado, y los trozos de su cuerpo colgados en las calles de Zaragoza, También hubo dos suicidios en la prisión. Uno de ellos, «rompiendo una lámpara de cristal y tragándose los fragmentos; sufrió el mismo castigo  que fue infligido a su cadáver»

Miembros de las principales familias conversas aragonesas -por ejemplo los Santángel- fueron  acusados de estar implicados en la conspiración,  detenidos y condenados a muerte, destruyendo «de modo efectivo la influencia de los cristianos nuevos en la administración aragonesa». Consta todo en EL LIBRO VERDE (DE ARAGÓN)

Fernando II ordenó funeral de estado para Pedro Arbués, a quien considera mártir de la fe cristiana, no  intolerante e intolerable acosador de judeo-conversos.  Le construyeron un mausoleo monumental en la catedral con lámparas de plata maciza. Fue beatificado por el Papa Alejandro VII el 17 de abril de 1662, y canonizado por Pío IX el 29 de junio de 1867. Tiene su propia capilla en la catedral.

Justamente frente a ese edificio , o en la puerta, e incluso dentro,  se celebraban casi siempre los Autos de Fe . Otros, los menos, en  Nuestra Señora del Portillo; algunos,  en «el patio de la casa del Arzobispo»  Los condenados a hoguera -quemados vivos, si eran recalcitrantes-  eran  quemados en la Plaza del Mercado.

Casa del Canal

Otra de las actividades de la Inquisición era utilizar sus fondos en mantener iglesias. San Juan de Calatayud recibió de la Inquisición de Aragón, desde 1491, 500 sueldos anuales para su sostenimiento; el convento de jerónimos -hoy desaparecido- de Santa Engracia, 13.000, en 1495, para comprar huertas, 10.000 en 1498, y además,  cada año,  6.000 para el sustento de los frailes. En 1577 sufragaron obras del mismísimo Palacio de la Aljafarería. En 1708 el Tribunal hubo de trasladarse de esta sede a otra residencia: la hoy llamada «Casa del Canal», en la plaza de Santa Cruz, de la cual  sólo se conserva el alero de madera que remata la fachada principal.

La Historia de la Inquisción de Aragón no está escrita. Muchos documentos se han perdido, y la mayoría de lo que se sabe se debe a la labor del cronista mayor, Zurita, que recopiló y ordenó los documentos de Calcena y Urriés,  los secretarios del rey  Fernando II y  el emperador Carlos I de España y V de Alemania. Otro material anda disperso por el  Fond espagnol de la Biblioteca Nacional de París,   los archivos madrileños, el British Museum de Londres,  además de  Simancas y el Archivo General de la Corona de Aragón  de Barcelona.

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 Créditos de la foto principal: «Plano del castillo de la Inquisición, cerca de Zaragoza, capital del reino de Aragón en España, en el estado en que estaba en 1708», por el ingeniero francés Claude Massé para el  proyectos  de fortificación  durante la guerra de Sucesión española.Fuente visual: Pedro I. Sobradiel, El castillo de la Aljafería: 1600-1800. de medieval a ilustrado, IEIOP, Zaragoza, 2009.