LA JUDERÍA DE ALLARIZ Y LA CARTA DE AVENIENCIA

La localidad orensana, en su tiempo, fue una de las conocidas juderías gallegas, que creció a la vera de su rica historia en un lugar entonces estratégico.


Los  kalekói (καλλαικoι) -así los nombran los griegos en sus escritos- fueron  los habitantes  celtas –keltoi– , llegados de centroeuropa  en dos oleadas ( S XIX a.e.c.  y S IV) hasta el noroeste de la Península Ibérica. Luego, los romanos la llamaron Galicia, fundando Augusto tres ciudades: Lugo, Braga (hoy en Portugal) y Astorga (hoy en León) En el S V, la invasión del pueblo germánico de los suevos -se llamó Suavia-herejes arrianos que fueron conquistados en el S VI por otro pueblo germano, los visigodos. Por este entonces Galicia pertenece, primero,  al reino de Asturias, que impide el avance de los musulmanes en lo que se da en llamar La Reconquista.  Luego, al reino de León. Pero siempre conservando su propia identidad como Reino de Galicia. Luego, en el S IX, se convierte en un importante centro de peregrinación religiosa con el Camino de Santiago: el esplendor dura hasta la época de Fernando III de Castilla, en el S XIII.

De este siglo XIII es el conocimiento más antiguo que tenemos acerca de juderías en Galicia: la carta de Aveniencia de la judería de Allariz -la villa de Alarico, el suevo- hoy en la provincia de Orense, y que data de 1289, reinando  Sancho IV, hijo de Alfonso X El Sabio (quien se educó precisamente en Allariz…)

José Amador de los Ríos, fallecido en Sevilla en 1878, en 1848 publica Estudios históricos, políticos y literarios sobre los judíos de España,  traducido a varios idiomas dado su valor, y es tal el interés que siente por la historia de los judíos españoles que dos años antes de morir publica una segunda parte, conocida como Historia de los Judíos, en la que publica la Carta de Aveniencia «entre Per Eánez vecino de Allariz e más homes – buenos, e Isaac Ismael, xudeu maor de dicha villa”.

La judería estaba en el barrio que hoy se llama de Socastelo, (bajo el castillo) y está relacionada con el hidalgo Xan de Arzúa y la “Festa do Boi”, la fiesta del buey, que ya data del S XIV. Según cuenta la leyenda -repetimos, leyenda-  los judíos  de Allariz solían expresar  rechazo ante la procesión del Corpus  Christi con burlas y risas;  un tal Xan de Arzúa, hidalgo y clérigo, montó a lomos de un buey y cargó contra los judíos, a la vez que sus criados los agitaban echándoles por encima ceniza y hormigas que llevaban en unos sacos. Otra leyenda dice que estaba prohibido atravesar la villa a caballo, por lo que Xuan de Arzúa lo hizo a lomos de un buey.

Otro documento que aporta conocimiento de juderías gallegas es la Crónica de Froissart, escritas en francés  para narrar la Guerra de los Cien Años. En esa crónica se relata el asalto que sufrió la villa de Ribadavia -Ribera del río Avia- a manos del duque de Lancaster , que quería hacer valer en Castilla los derechos de su esposa, Constanza. Y en ese episodio, de 1386,  habla de los judíos de Ribadavia. O dicho de otra manera, menciona a los judíos de esa localidad porque una vez vencidos fueron saqueadas sus casas, que en un alarde de exageración dicen que eran 1500.

El resto de datos que tenemos es por los registros de los tributos o por ventas y alquileres de fincas que arrendaba el Convento de S. Francisco: . Así, entre otros documentos, consta que en 1570 el convento aforó una casa «sita en la calle de la Judairia que fue de Jacome Alonso, a Leonor Rodriguez viuda y a su hija» Sabemos así que la calla de la Judiairia luego fue la calle de la Santa Cruz….y por tanto que comenzaba en la Plaza Mayor  hasta la Iglesia de la Magadalena:  «afora este convento a Leonor Rodriguez, viuda de Juan Portugués, una casa sita en la calle que basa de la plaça mayor para la iglesia de la Madalena»

El caso es que la mención del Maor dos Xudeos, equivalente a una especie de alcalde o presidente de la aljama que ostentaba representación y poderes para comparecer ante el escribano del rey en este caso de nombre Miguel Pérez, atestigua la existencia de judería en Allariz. Podía  haber  sido el rabino, dado que el asunto del que se trataba era también de índole religiosa:

«e cando nos saquemos o noso Deus e sua Mal Santa María po las rúas, n’a d’estar hi presente nengun xudeo»