LOS JUDÍOS DE BARBASTRO

Notas sobre la judería de la ciudad de Barbastro, en Aragón, una de las más importantes de la comarca del Somontano-


 En el centro de la provincia aragonesa de Huesca, a los pies del Pirineo oscense, se encuentra la comarca del Somontano, cuya capital, donde confluyen los ríos Cina y Vero,  es la ciudad de Barbastro. Además de ser muy conocida por su belleza física y su pasión montañera, también lo es por sus vinos, que tienen denominación de origen -vino de Somontano- pero que a todas luces su origen es hebreo, pues mientras que los musulmanes tienen prohibido el alcohol, en el rito hebreo es algo más que indispensable: el epicentro del kidush, la santificación.

  Y es que esta zona a la derecha del río Ebro, en el Prepirineo aragonés,  tuvo grandes aljamas hebreas desde muy antiguo, como la de Monzón – judía en un 20% (según Lascorz)  y vasalla de los Caballeros del Temple, donde los  templarios criaron y educaron a Jaime I El Conquistador.   Mora desde 711, Barbastro es reconqusitada en 1063 por Sancho Ramirez  I de Aragón y V de Pamplona. Para época musulmana allí había un gran mercado y. según Motis Dolader, quien mejor conoce su judería, de entonces data la comunidad judía aunque no haya pruebas documentales de ello. Para eso hay que esperar al S XII, a propósito de una cesión de unas tierras por parte de Ramón Berenguer a un judío llamado Zecrí (del hebreo  Zéjer, recuerdo)

Jaime II de Aragón ordena que los conflictos entre cristianos y judíos sean juzgados por el justicia del lugar, siempre y cuando no contravengan los privilegios concedidos a los judíos por los reyes. 23 de septiembre de 1301. 

 Durante el S XIV, concretamente en 1320, sufrió las violencias de la Cruzada de los Pastorcillos, una banda de iluminados franceses que, ante los fracasos de las cruzadas que organizaban sus reyes, decidieron atravesar los Pirineos para hacerse ellos cargo de la aniquilación de los musulmanes. Los judíos para ellos al no ser cristianos entraban dentro de la misma categoría que los sarracenos y fue así como asolaron las cercanas juderías de Monclús y Jaca. No obstante, la judería de Barbastro debió de quedar bastante dañada enconómicamente, pues en 1338, Pedro IV les concede una moratoria de dos años  en el abono de las obligaciones fiscales.

Calle de la Peña, Peñeta, donde estuvo la judería.

 Para poner peor la situación, además del terrible brote de peste negra, la judería se ve afectada por la internacionalización de la La Guerra de los 100 Años. Este conflicto entre Francia e Inglaterra acabó teniendo grandes consecuencias para Castilla y Aragón. Francia buscó el apoyo de la armada castellana, pues Enrique de Tratamara, que pretendía arrebatar el trono a su medio hermano Pedro I, había estado exiliado en Francia. Las tropas galas de Bertrand Du Guesclin, en 1366, van a destronar a Pedro I. Este, busca el apoyo de los ingleses y el Príncipe Negro derrota a las huestes de Enrique en la Batalla de Nájera, donde vencen. Pero Pedro I no paga lo acordado -el señorío de Vizcaya- los ingleses se van y de nuevo los franceses se enfrentan a Pedro I. Al final será asesinado por su hermano en el castillo de Montiel. Para paliar el saqueo de las huestes del francés , la mitad de los impuestos de un lustro van a la caballería. Veinte años después el problema son las matanzas de judíos de 1391, que se expanden desde Sevilla hasta Barcelona, arrasando aljamas importantes como Valencia o Mallorca. En Barbastro no hubo masacre. Es más, huyendo de la masacre perpetrada en Barcelona algunos de sus habitantes se refugiaron en Barbastro, como es el  caso del poeta Abraham ben Jaim Rimoch. No podía sospechar que cinco años más tarde la plaza sería atacada por el conde de Foix y,  por primera vez ,  sonara en la Península Ibérica el tremendo estallido de un cañonazo.

Justo un año después de lo de 1391 -esa fecha terrible para la judería ibérica- encontramos un documento guardado en el monasterio de Sigena donde nos hablan de unos cuantos miembros mayores; reza así:   Salvador Bernat, mayor de días, habitante de la ciudad de Barbastro, otorga haber recibido de Salamón Abnuba, Ninizim Avincazez, Jucef Comperat, Jacob Comperat y Baruj Comperat el joven, mil sueldos jaqueses, precio principal de cien sueldos censales que le vendieron por carta pública de 5 de agosto de 1392, la cual les entrega para que hagan de ella su voluntad. Declara también haber recibido de los mismos otros mil sueldos jaqueses precio principal de otros cien sueldos jaqueses de censo, que le vendieron en nombre de la Aljama de los judíos de Barbastro

La judería, que llegó aser considerada la quinta en importancia dentro de todo Aragón,  estaba en la parte más alta de Barbastro, en el interior de la suda musulmana -la fortaleza del S X.  Ocupaban lo que hoy son las calles de la Esperanza y Castelnou.  En la calle Esperanza , en 1993, se encontró el resto de una janukiá (vid. foto principal) Fue encontrada durante las excavaciones arqueológicas de Nives Juste. Actualmente está conservada en el Museo de Huesca.

 En 1414 comienza el fin de la judería. Tras la Disputa de Tortosa, donde el Papa Luna ordena una controversia teológica con los judíos, se produce un tremendo fenómeno de neocristianismo con la conversión de 120 familias del Reino de Aragón. Por ejemplo, los Santángel. Los Lunel. Y  es el caso también de familias que no pertenecen a la oligarquía local, como por ejemplo Jaime Bardaxi, que después de bautizado, solicita seguir casado con su esposa, Estruga, que se niega en tres ocasiones a seguir casada con un converso. Muchos emigran a la localidad cercana de Estadilla: Gatenyo, Gotina, Abincual, Almosnino, Falaguer, Rimoch, Levi, Ataz, Avdalí, Fraym, Ambrón, (shamash de la sinagoga en 1397)  Galipapa, Abram, Sardí… El Papa Luna, Bonifacio XIII, ordenó confiscar  la sinagoga -fundada en 1297-  tras la disputa , convirtiéndola en iglesia advocada a San Salvador. No queda rastro de ella, pero se sabe que estaba administrada por una cofradía de conversos que, por atavismos con el judaísmo, rezaban de diez en diez, como si en el cristianismo hubiera que guardar minián. El hejal, escondido tras el altar. Y  tras los documentos del Tribunal del Sto Oificio de Zaragoza, por ejemplo, el proceso abierto a YOsef Ram por hereje en 1486. Al año siguiente la misma funesta suerte corrío Salvadora Salvat, acusada de judaizante.

 Los judíos de Barbastro se destacaron por ser traperos -comerciantes de paños. Conocemos a algunos de ellos mediante los documentos conervados: en uno de ellos, Salvador de Palacio, vecino de Barbastro, reconoce que debe a Salomón Anuba, trapero judío,  habitante en la misma ciudad, 52 sueldos jaqueses que éste le prestó y se compromete a devolverlos en el plazo de un año, ajuntando como garantía sus bienes y presentando como fiador a Bernat de Lalueza.

También parecen ser buenos  mercaderes de bestias -vendedores de burros- un elemento entonces primordial para el transporte del género vendible. A este respecto conocemos un documento en el que Bernat Doz y su mujer María María, vecinos de Barbastro, se obligan a pagar a Gastón  Savoger, judío, vecino de Barbastro, 60 sueldos jaqueses, precio de un asno «de pelo bruno» que les ha vendido. El nombre del vendedor del equino sugiere que era uno de aquellos judíos expulsados del reino de Francia cuando Felipe Augusto El Hermoso en su lucha contra las herejías expulsó a los hebreos.

Destacaron en estos menesteres los  Comparat , Amiba, Sanoga e Yriza. El elemento hebreo dominaba la industria textil empezando por el calzado -se usaban una calzas que eran algo así como unas medias que llegaban hasta la cintura- y también se trabajaba el cuero y el tejido de paños. Constan también cuatro físicos, de donde se desprende que practicaban también la medicina para cristianos y mudéjares.

 Para 1492, unas doscientas almas parten hacia Perpiñán, desde donde luego alcanzarán Avignon,  Roma o Nápoles, de donde luego tendrán que salir cuando el doce de enero de 1493 se decrete la expulsión de los judíos de Sicilia, ya que el reino siciliano era parte de la Corona de Aragón.

 


Bibliografía:

MOTIS DOLADER, Miguel Ángel, «Los judíos oscenses en la Plena y Baja Edad Media», en Los judíos de
la Corona de Aragón en los siglos XIV-XV, Valencia, 1989

DARA – Documentos y Archivos de Aragón