Descubren una placa en una plaza en memoria de las víctimas de un auto de fe perpetrado en el año de 1691.
Ayer, en el marco de los actos de la XIX Jornada de la Cultura Europea, organizada como siempre por la AEPJ, la ciudad de Palma de Mallorca, de profundo pasado judío, incluyó en su programa de eventos la inauguración de una placa conmemorativa de los judíos palmesanos -conocidos bajo el nombre de chuetas, xuetes- que en número de 33 fueron quemados vivos en un auto de fe inquisitorial el seis de mayo de 1691.
La placa que ha inaugurado la actual comunidad judía de Mallorca está en la muy céntrica y populosa plaza de Gomila, pues en sus aledaños, concretamente en la esquina de las calles Bellver e Infanta, se perpetró el peor de los cuatro Autos de fe que tuvieron lugar en Palma de Mallorca en el año de 1691. En dicha zona , el año pasado nombraron una calle en recuerdo de Catalina Tarongí, una de las vícitmas de tan siniestro punto de la historia palmesana.
Era Yom Kipur y erev Shabat, 13 de octubre de 1678, y un niño -Rafel Cabeza Loca Cortès d’Alfons- delató a 237 personas que se habían reunido para cantar Kol Nidré en el huerto junto a la entrada de las muralla de Sant Antoni y Pintada. Fueron no sólo detenidos por la Inquisición sino también víctima de una total confiscación de bienes. Además, obligados a asistir a misa bajo custodia de alguaciles. Donde se hubieran realizado sus cripto rituales, que hacía las veces de sinagoga, se realizó un sembrado de sal y fue erigida una columna con la siguiente inscripción: ”Año de 1879. Fue derribado, arado y sembrado de sal este huerto de orden de la Santa Inquisición, por enseñarse en él la ley de Moisés; nadie quite ni rompa esta columna en tiempo alguno, pena de excomunión mayor”.
Tras tres años de juicios y torturas, todos fueron condenados en cuatro autos de fe celebrados en el desaparecido convento de Santo Domingo bajo la presidencias del inquisidor general del Reino de Mallorca -Pedro Guerrero de Bolaños- del obispo de la diócesis mallorquina –Pedro de Alagó y de Cardona.
El primer proceso tuvo lugar el 7 de marzo de 1691, siendo instruidos en la causa veinticinco reos, pero no se dictó ninguna sentencia a pena capital, sólo sanciones. Joana Miró, de 28 años de edad, natural de Artà, cadena perpetua y confiscación de bienes; Joanot, hijo de la anterior, 23 años, amenazado de que si intentaba evadirse de Mallorca y ser capturado, sería condenado a diez años de galeras y confiscación de bienes; Rafel Joaquim, de 28 años, 200 azotes y siete años de galeras; Onofre Cortès de Melcior, 52 años, amenazado con que si intentara escapar de la isla y ser capturado sería condenado a diez años de galeras y una multa de 200 ducados; Elionor Valls, de 60 años de edad, abjuró del hebraísmo, fue desterrada de la ciudad y multa de 200 lliures mallorquines… Todos además fueron obligados a portar el sambenito, tanto en libertad como en presidio.
El segundo auto de fe se celebró dos meses después, el Primero de Mayo. Veintiún personas condenadas a morir en la hoguera, aunque por misericordia se les daría primero muerte a garrote vil. El asesinato en masa tuvo lugar en un terreno entre el Lazareto de la Cuarentena, entre la orilla del mar y el bosque del castillo de Bellver, y que hoy se conoce como Es fogó des jueus, es decir, El fogón de los judíos. Perviven hasta glosas que recuerdan la procesión de los condenados con sus velones verdes, sus capirotes inquisitoriales y sus sambenitos, como los que vestían y portaban ante la muchedumbre vociferante Catalina Pomar, de 71 años de edad, Violante Martí, de 61, etc.
Cinco días después, el seis de mayo, se perpetraría un tercer auto de fe de para 21 xuetes (chuetas) . 14 de ellas, condenadas a pena capital, pero por abjurar de la fe mosaica, primero a garrote vil y después a la hoguera:
- Miquel Martí, de 51 años
- Rafel Ventura Cortès, de 19 años
- Josep Aguiló, de 35 años
- Isabel Pomar, de 71 años
- Isabel Tarongí, de 41 años
- Isabel Martí, de 42 años
- Joana Cortès, de 58 años
- Beatriu Cortès, de 28 años
- Violant Forteza, de 53 años
- Isabel Aguiló, de 28 años
3 xuetas, condenados a ser quemados vivos :
- Catalina Tarongí, de 45 años
- Rafel Benet Tarongí, de 21 años
- Rafel Valls, de 51 años.
7, quemados en efigie (fugados de la isla o muertos en los tres años de prisión) Guillem Tomàs Tarongí y Agustí Cortès d´Alfons consiguieron huir hasta Alejandría, Egipto, donde recuperaron sus nombres hebreos, David y Salomón.
Según el teólogo jesuita y calificador del Santo Oficio, Francesc Garau, “La Fe Triunfante”, 30.000 palmesanos acudieron como espectadores de tan macabro espectáculo. Uno de ellos, ilustre, pero no palmesano, el Marqués de Leganés, que iba de paso a Milán, dice Francisco Grau, cronista de tan luctuoso hecho.
Catalina Tarongí , a cuyo nombre va la calle que desde ayer ya no es la calle de Belchite -memoria histórica- era hija de Rafel Josep Felós Tarongí i Aguiló, y de Francina Tarongí i Martí (los xuetas se casaban entre primos) Tuvieron siete hijos. Caterina casó con Guillem Morro FèsTarongí.
Su hermano Rafael , de 21 años, era discípulo notable del tercer quemado vivo, Valls, que era el rabino de aquella congregación de judeo-conversos , chuetas, que tan funesta suerte corrió.
La expresión «Felet, no’t dons», empleada por Caterina Tarongí para animar a su hermano para que no se rindiera a las amenazas de los inquisidores, ha quedado en Mallorca para indicar una persona obstinada en su opinión.
El día 4 de mayo de 2011, el Govern Balear rindió homenaje a las víctimas de estos autos de fe con un discurso, un concierto de piezas hebreas de una coral y una suelta de palomas. Con la asistencia del rabino Nissan ben Avraham ―descendiente de la familia Tarongí― y el rabino José Wallis ―descendiente de Rafael Valls.
El evento ha sido el primero organizado por un gobierno autonómico en España en honor a las víctimas de la Inquisición Española.
De obligada recordación anual pro parte no sólo de los actuales judíos de Sfarad sino que también debería serlo por todas las autoridades administrativas de la judería española.
La placa inaugurada ayer en su memoria es obra de la escultora Georgina Gamundí; como se puede comprobar en la fotografía, una menorá rodeada por los primeros versículos del «Shmá, Israel»
A su descubrimiento asistieron, además de la comunidad judía de Palma de Mallorca, autoridades de la isla y la escritora Carme Riera, de quien se leyeron algunos pasajes ya que esta escritora ha novelado los hechos.