PARASHAT HA´SHAVÚA: «DVARÍM»

Parashá: Dvarím (Cosas/ Dichos) דְּבָרִים‎, Deuteronomio 1:1–3:22. Haftará:  Isaías 1:1–27 Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita



“Y al pueblo ordénales, diciendo:
‘Vosotros atravesáis por los límites
de vuestros hermanos, los hijos de
Esav, que están asentados en Seír, y
temerán de vosotros; y os cuidaréis
mucho’ ” (Devarim 2:4).

Moshé Rabenu les advierte a los Hijos de Israel que, cuando atraviesen el límite del monte Seír, tienen que cuidarse mucho de no provocar a los hijos de Esav. Asimismo, tienen que pagar por la comida y la bebida que ellos tomaren de los hijos de Esav. No obstante, es asombroso que Moshé Rabenu llama a los hijos de Esav “vuestros hermanos, los hijos de Esav, que están asentados en el monte Seír”, ya que nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron (Sifré, Behaalotejá, 69) que una halajá conocida es que “Esav odia a Yaakov” y busca constantemente matarlo. Siendo así, ¿cómo Moshé Rabenu los llama“hermanos”, lo cual es un término que implica armonía y fraternidad?

Nuestros Sabios, de bendita memoria, dicen (Tratado de Kidushín 30b) que Hakadosh Baruj Hu creó la Inclinación al Mal, y, como antídoto, creó la Torá que es un remedio para curar las “enfermedades” de la Inclinación al Mal. A los ojos de Hakadosh Baruj Hu, la existencia de la Inclinación al Mal es muy vital en este mundo. Sin ella, el hombre no tendría libre albedrío para poder escoger si andar por el camino del bien o por el del mal. La Inclinación al Mal le presenta al hombre las opciones: ¿acaso va a escuchar lo que ella le propone y se va a apegar a ella?, ¿o va a escuchar la voz de Hashem y de Su Torá? Y, si escoge lo último, llegará a tener recompensa.

Proporcional a la enorme prueba a la que se enfrenta el hombre, así de grande será su recompensa en el futuro. Mientras más prevalece el hombre ante la Inclinación al Mal, así mismo recibe ayuda de Hashem, porque a aquel que quiere purificarse lo ayudan desde el Cielo (Tratado de Shabat 104a). Cuanto más incremente el hombre su estudio de Torá en una yeshivá, su protección contra la Inclinación al Mal será mucho mayor, incluso fuera de la yeshivá, por cuanto la Torá que estudió allí continúa acompañándolo y protegiéndolo aun cuando sale del Bet Hamidrash y comienza a enfrentarse cara a cara con la Inclinación al Mal.

Eso es lo que Hakadosh Baruj Hu le dijo a Moshé (Devarim 2:3):

“¡Es suficiente para vosotros! Den la vuelta alrededor de este monte; diríjanse hacia el norte”.

Con ello quiso decir: “Hasta ahora se habían asentado alrededor del Monte Sinai y se dedicaron al estudio de Torá, a tal punto que ese lugar se consagró por medio de dicho estudio de Torá de vosotros, y se considera como una yeshivá, como un lugar especial para el estudio de la sagrada Torá. La Inclinación al Mal ya aprendió que en el lugar en donde se vosotros estáis asentados alrededor del monte ella no tiene el poder de hacerlos tropezar, ya que vuestra Torá se encuentra de vuestra parte. Por lo tanto, ella tiene miedo de acercárseles y comenzar a incitarlos. Pero si vosotros queréis multiplicar vuestra recompensa y reforzaros en Torá con el mayor ímpetu, tenéis que viajar de allí al lugar de vuestro asentamiento final a la vez que continuáis estudiando Torá, con el rostro hacia el tzafón (ופצֹן’ :norte’), que es el lugar en donde se encuentrala Inclinación al Mal, la cual también es llamada tzafún (ופצּן’ :oculto’), (Tratado de Sucá 52a). Solo cuando os dirijáis y viajéis fuera de las paredes del Bet Hamidrash es que la guerra contra la Inclinación al Mal se hará difícil. Y cuando resultéis victoriosos contra ella, vuestra recompensa serámucho mayor, porque el resistir y pasar una prueba es motivo para una gigantesca recompensa”.

 

Esav es la Inclinación al Mal, y, por lo tanto, Moshé Rabenu les dijo a los Hijos de Israel que no pensaran que sería posible matar a la Inclinación al Mal o anularla de este mundo, porque este mundo es también el lugar de residencia de la Inclinación al Mal, como lo había dicho Hakadosh Baruj Hu. Este mundo es más apropiado para la Inclinación al Mal que para el hombre,porque Yaakov y Esav ya se habían dividido claramente entre ellos los dos mundos: este mundo le pertenece a Esav —que es el símbolo de la Inclinación al Mal—,mientras que el Mundo Venidero lepertenece a Yaakov —que es la columna de la Torá—. Y por cuanto no se puedesacar por completo a la Inclinación al Malde este mundo, hay que tratarla comouna hermana con la que uno tiene que convivir en la misma casa, y a quien nose la puede expulsar. Más bien, tenemosque sobreponernos a ella por medio de la voz de la sagrada Torá, porque cuando “la voz es la voz de Yaakov” las manos de Esav no pueden superarse para hacer el mal a los que estudian Torá. Mientras más se sobreponga la persona a la Inclinación al Mal, más ascenderá.Pero, a la par, es necesario siempre recordar que la Inclinación al Mal no se desaparece del todo, sino, más bien, solo cambia de forma y de lugar; uno nunca puede saber cómo o cuándo lo sorprenderá para atraparlo en sus redes. La fuerza de la Inclinación al Mal se incrementa fuera de las paredes del Bet Hamidrash.

Por lo tanto, aun cuando uno cierra la Guemará y sale del recinto de la yeshivá, tiene que continuar ocupando su mente y pensamientos en las palabras de la Torá, paraque la fuerza de la Torá esté de su ladopara vencer a la Inclinación al Mal, y surecompensa sea increíblemente enorme. Por ello, Moshé Rabenu llamó a loshijos de Esav “hermanos”, porque, apesar de que hay que cuidarse de ellos y de su influencia, de todas formas, solopor medio del enfrentamiento a ellos esque existe el poder del libre albedrío enel mundo. El que logra vencerlos, tieneuna recompensa enorme que le llegadesde el Cielo.

Moshé Rabenu dijo, además (Devarim 2:6):

“Comprad de ellos (de los hijos de Esav) comida con plata y comeréis; también comprad con plata el agua que bebáis”.

El término en hebreo késef (כסף : ‘plata’) es un lenguaje de kisufín (כיסופין : ‘añoranza’); y ya dijo David Hamélej, el poeta de Israel (Tehilim 84:3):

“Nijsefá (נכספה’ :añora’) y se consume mi alma por los patios de Hashem”.

Con ello quiere decir que el alma del judío añora y ansía apegarse a la preciada y sagrada Torá, que es más valiosa que toda la plata y el oro del mundo. Y para que podamos sobreponernos a los hijos de Esav, quienes representan la Inclinación al Mal, es necesario que tengamos añoranza por la sagrada Torá, porque solo por el poder dela Torá el hombre puede sobreponerse a su Inclinación al Mal.

Resulta, entonces, que la Inclinación al Mal se encuentra en condición de hermana, así como también de enemiga. Por un lado, la Inclinación al Mal implica un gran peligro para la completitud espiritual del hombre; pero, por otro lado, sin ella, nopuede existir el mundo. Por el mérito de la Inclinación al Mal, el hombre tiene libre albedrío y puede ascender en Torá y en el temor del Cielo si supiera cómo cuidarse de la Inclinación al Mal. El albedrío está en nuestras manos; o nos dejamos ser sometidos por la Inclinación al Mal, o guerreamos contra ella y someterla por medio de la Torá. Y aquel que escoge guerrear recibe una gran ayuda de Hakadosh Baruj Hu para vencer a la Inclinación alMal y someterla.