PARASHAT HA´SHAVÚA: «SHEMOT»



“Entonces, Hashem se enojó contra Moshé, y
dijo: ‘¿Acaso no está Aharón, tu hermano, el levita? Yo sé ciertamente que él habla.

Y, además, él sale a tu encuentro, y al verte, se alegrará en su corazón” (Bereshit 4:14).

Nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron (Tratado de Shabat 139a) que, en recompensa por “y al verte, se alegrará en su corazón”, Aharón mereció llevar el Joshen Mishpat sobre el corazón, porque en realidad Aharón Hacohén era el que debía haber merecido el título de líder de Israel, pero cuando vio a su hermano Moshé, cedió el liderazgo, y se alegró sinceramente. En recompensa por ceder y por alegrarse por su hermano, recibió el Joshen Mishpat que se pone sobre el corazón.

Mi Rav y Maestro, el Gaón Ribí Guershon Liebman, zatzukal, objetó al respecto: ¿qué tipo de “medida por medida” hay aquí por la que, debido a “al verte, se alegrará en su corazón”, Aharón se mereciera llevar el Joshen Mishpat sobre el corazón? ¿Qué tiene que ver el hecho de que por haberse alegrado por la alegría de Moshé ameritó el Joshen Mishpat? Respecto del Arón Hakódesh (‘Arca del Testimonio’), nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron que, para confeccionarla, Betzalel hizo tres arcas: una grande de oro, una intermedia de madera y una pequeña también de oro. Puso el arca de madera del medio dentro del arca grande; y el arca pequeña de oro, dentro de la de madera. De esta forma, el Arca estaba cubierta de oro por dentro y por fuera. Si meditamos, veremos que hay una relación entre el Arca, que estaba recubierto de oro, y Aharón Hacohén, quien se encontraba en condición de Kódesh Hakodashim, por ser el Cohén Gadol de Hashem.

Cuando el hombre se alegra de todo corazón por la alegría que vivencia el compañero, se puede reconocer en el rostro lo que siente por su prójimo. Este semblante resplandeciente se puede ver tanto superficial como interiormente, porque toda su persona exuda alegría por el éxito del prójimo. Y mientras más interna sea la alegría, así mismo, de forma proporcional se manifestará superficialmente dicha alegría en el rostro de la persona; porque el rostro le resplandece por el compañero.

Siendo así, toda persona que se alegra por la alegría y el éxito de su compañero, tanto de forma interna como superficial, es virtualmente como el Arca del Testimonio, que estaba recubierta de oro puro, tanto por dentro como por fuera. Por lo tanto, esta persona cumple con la cualidad de ser verdadera interna y externamente, por cuanto tanto por dentro como por fuera está contenta por el bien que le ha tocado a su compañero. Y aun cuando ninguna persona hubiera visto el oro que recubría el interior del Arca, por cuanto el Arca se encontraba siempre cerrada y encerrada en el Kódesh Hakodashim, y el Cohén Gadol era el único que podía verla una vez al año, en Yom Kipur; de todas formas, de esto aprendemos que el hombre —que se encuentra en condición de Arón Hakódesh— tiene que estar recubierto de oro —es decir, estar contento con la alegría del compañero y con su éxito— en todo momento, tanto en su corazón como en su rostro, mostrando el resplandor de su alegría.

El versículo dice que dentro del Arca se habían colocado precisamente las Tablas del Testimonio; y nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron (Tratado de Berajot 8b) que se colocaron las primeras Tablas, rotas, y las segundas, enteras. Las Tablas rotas vienen a enseñarnos que toda persona debe considerar al compañero como un Arca del Testimonio, que es todo oro por fuera y por dentro, mientras que uno mismo está en condición de Tablas rotas. Es decir, por un lado, uno tiene que internalizar la sagrada Torá, las Tablas enteras, mientras que, por el otro lado, uno tiene que considerarse humilde, con la cualidad de la modestia, como las Tablas rotas, con “el corazón quebrantado y deprimido”, por amor a Hashem y por temor a Él. Pero, con todo y con eso, al compañero tiene que darle la mayor consideración. Y cuando la persona se comporte con la cualidad de la humildad y la modestia, a la vez que eleva y ensalza al compañero, entonces, en verdad, esa misma persona merecerá todo lo bueno, y también ameritará ser considerada como un Arca del Testimonio, Kódesh Kodashim para Hashem. Todo esto siempre que uno se dedique por completo solo a Hashem. Y cuando uno piense en el compañero y se alegre por él de verdad, tanto interna como superficialmente, entonces, ameritará él también ser considerado como un Arca del Testimonio, revestido de oro puro, por dentro y por fuera



Nosaj Marruecos , por r Mijael Biton