PARASHAT HA´SHAVÚA: «TOLDOT»

Parashá: «Toldot» (תּוֹלְדֹת‎ ) Generaciones.  Génesis 25:19–28:9. Haftará: Malaquías  1:1–2:7. Darshán: Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita


“Y rezó Yitzjak a Hashem, frente a
su esposa, porque [ella] era estéril; y
Hashem aceptó su rezo, y su esposa
Rivká quedó encinta” (Bereshit 25:21).

Sobre la frase “y [Hashem] aceptó su rezo”, Rashí escribe: “[Yitzjak] insistió mucho en su plegaria. Él estaba de pie en una esquina y rezaba, y ella estaba en la esquina opuesta y rezaba”. Tenemos que comprender por qué no encontramos ningún versículo que diga que también Avraham y Sará rezaron a Hakadosh Baruj Hu para que les otorgara un hijo. Más bien, cuando vio que no podía engendrar, Sará le entregó su sierva Hagar a Avraham, como dice el versículo (Bereshit 16:2):

“Y le dijo Saray a Avram: ‘He aquí que Hashem me ha impedido dar a luz. Ven ahora a Hagar, mi sierva; quizá podré edificar a partir de ella’. Y Avram atendió la voz de Saray”.

Aparentemente, se puede preguntar: ¿por qué Sará Imenu no se puso de pie en plegaria delante del Creador del mundo para que le ameritara el fruto del vientre de la forma como lo pidió Rivká Imenu? Esta pregunta se puede formular también con respecto a Avraham Avinu, quien se levantaba y rezaba por personas desconocidas, incluso por los malvados de Sedom y Amorá, insistiendo con plegaria y súplicas para que Hashem se apiadara de ellos. Siendo así, ¿por qué no rezó también por su propia esposa Sará paraque tuviera el mérito de dar a luz? Y aun hace falta entender por qué Hakadosh Baruj Hu quiso anunciarle a Sará sobre el nacimiento de su hijo Yitzjak a través de un ángel, que le envió para notificarle, como dice el versículo(Bereshit 18:10):

“Y dijo: ‘Ciertamente, volveré a ti, en esta época, el año que viene, y he aquí que tendrá un hijo Sará, tu esposa”

mientras que Rivká Imenu, así como también Rajel Imenu, no tuvieron el mérito de que viniera un ángel a anunciarles que iban a tener un hijo.

Pensé en dilucidarlo, besiatá Dishmaiá, de la siguiente manera. Existen diversos niveles en lo que respecta a la cualidad de la confianza en el Creador del mundo. Hay aquellos que claman que confían por completo, pero en el corazón, su confianza no es completa. En este caso, todo lo que la persona habla es de la boca para afuera, y la prueba está en que dedica muchos de sus esfuerzos para conseguir lo que desea; se toma molestias y se
preocupa por alcanzar la meta. Si en verdad tuviera confianza y seguridad en el Creador como dice, que tiene plena confianza en Hashem, ¿por qué no está tranquilo y sereno, sino que todo el día piensa en la forma de conseguir lo que quiere? Eso es una prueba de que su confianza es feble y débil.

En un nivel superior, existe el hombre que en verdad confía y está seguro en Hashem con todo el corazón, y tiene fe en Él, en que Él tiene el poder de salvarlo de la angustia que lo acosa y de ayudarlo. Así su boca y su corazón son uno solo. Muy dentro de sí mismo cree que solo el Creador del mundo tiene el poder de ayudarlo, solo que hace lo mínimo de lo mínimo en cuanto al esfuerzo que tiene que invertir. Y, obviamente, este esfuerzo que invierte no contradice la cualidad de seguridad que tiene, porque así implantó Hakadosh Baruj Hu en la naturaleza del hombre: el hombre tiene que hacer unesfuerzo mínimo, pero a sabiendas de que lo principal es su confianza en el Creador del mundo.

Existe también un nivel más elevado aún, en contraste con las cualidades mencionadas, que es una confianza plena y total. La persona está completamente segura y confiada en que Hashem le hará aquello que quiere y cumplirá su voluntad, y no está dispuesta a hacer ni siquiera el menor esfuerzo en favor de la meta que quiere lograr, porque sabe y confía con todo el corazón que Hakadosh Baruj Hu se lo proporcionará. Y aun cuando haya pasado toda una era y aun no haya visto lo que esperaba, no se desespera ni teme porque su confianza y seguridad en su Creador es total; está segura de que llegará el día en que Hakadosh Baruj Hu le cumplirá su voluntad y le dará lo que quiere.

Mientras más grande sea la rectitud de la persona, acordemente será su fe y su seguridad en Hakadosh Baruj Hu. Sará Imenu se dijo a sí misma que, si Hakadosh Baruj Hu le había asegurado a Avraham que iba a tener hijos de ella, entonces, no tenía por qué preocuparse; ella confiaba y estaba segura de que Hakadosh Baruj Hu le iba a cumplir su deseo. Por eso, no estaba dispuesta a hacer nada, ni el menor esfuerzo, en favor de aquello que quería, porque si rezaba e insistía en la plegaria y las súplicas, ello implicaba una especie de prueba de que su fe, su seguridad y su confianza en el Creador del mundo no eran totales, por lo que temía que, si lo hacía, Hashem no iba a cumplir su deseo. Por eso, ella tampoco pidió de su esposo Avraham que rezara e insistiera en súplicas; solo accedió a que él se casara con Hagar, algo que no fue de su desagrado. ¡Al contrario!, ella dijo: “quizá podré edificar a partir de ella”, porque sabía que, si tenía una confianza total en que Hakadosh Baruj Hu le daría un hijo, ¿para qué preocuparse por ello? Tarde o temprano, Hashem cumpliría Su palabra. Éste era el gran nivel de fe de Sará Imenu.

Por lo tanto, Sará tuvo el mérito de que de ella saliera Yitzjak Avinu, a partir de quien continuaría la dinastía del pueblo judío, siguiendo con Yaakov Avinu, las doce tribus, etc., como aseguró Hakadosh Baruj Hu (Bereshit 21:13): “de Yitzjak, se dirá que tienes simiente”; además de que Yitzjak también se apegó al sendero sagrado de su madre. Y cuando Hakadosh Baruj Hu le ordenó subir al altar y extender su cuello para ser degollado, Yitzjak no hizo cuestionamientos, ni dudó, arguyendo: “Si es así, ¿cómo continuará la dinastía de Israel a partir de mí?”. Más bien, él se entregó con total seguridad y confianza a cumplir con la voluntad de Hashem, tal como Él había ordenado, porque él siguió por el sendero de sus padres sagrados Avraham y Sará.

Indudablemente, las sagradas Rivká Imenu y Rajel Imenu también tenían una enorme confianza y seguridad en Hakadosh Baruj Hu, y confiaron en Él con todo el corazón, solo que no en el mismo elevado nivel de Sará Imenu, por lo que Rivká sintió que tenía que llevar a cabo un esfuerzo para tener el mérito de engendrar una descendencia que perdurara, y estuvo de pie en plegaria y súplica ante el Creador del mundo para que le diera el mérito de tener hijos. Así también RajelImenu le pidió a Yaakov Avinu: “¡Dame hijos!”; es decir, le pidió que rezara por ella para ameritar tener hijos. Ellas pensaron que todavía no habían tenido el mérito de elevarse hasta Hashem con extrema confianza, sin hacer el menor esfuerzo, como lo había hecho Sará Imenu. Por eso, fue sumamente elevado el nivel de fe de Sará Imenu, al punto que se le reveló el ángel de Hashem para avisarle que iba a dar a luz a Yitzjak, porque ella estaba en un nivel de confianza y seguridad incomparable al que no llegaron las sagradas Rivká Imenu ni Rajel Imenu.

Yehí ratzón que tengamos el mérito de andar por el sendero de nuestros sagrados Patriarcas, y plantar en nuestro corazón una fe íntegra y seguridad total en Hakadosh Baruj Hu. Amén veamén.