Entrevista con Pnina Tsarfati, directora de la asociación para la investigación y el legado de la familia Kastel y los judíos sefardíes.
A la hora de cenar, -y eso que habíamos merendado jalot y chocolate en la Placeta de La Judería- fuimos al Mesón de La Dolores para reponer fuerzas tras toda la tarde visitando la judería de Calatayud. Fue entonces cuando alguien preguntó algo a una señora del grupo de la familia Kastel -bilbilitanos de Israel- y ella contestó:
–¿Kualo?
Entonces me giré , gratamente sorprendido, y fui yo quien le preguntó a ella:
–¿Hablas ladino?
Y ella me contestó en hebreo:
–Pero no tengo con quién hablarlo.
Y entonces Pnina Tsarfati me contó quién era ella, de dónde venía:
–Yo soy Pnina Tsarfati, casada con Natan Tsarfati, Goslan de soltera.
–¿Perteneces a la familia Kastel o eres amiga de la familia?
–Soy Kastel por vía paterna, nieta de Joya Kastel, de Jebrón, descendiente de los siete hermanos Kastel que salieron de Sfarad en 1492.
–¿Y tú naciste en Jebrón?
–No, yo nací en Jerusalén, en el barrio de Mekor Baruj, donde se habían trasladado mis padres, después de haber vivido en Ohel Shlomo.
–Entonces eres muy sefardí.
–Soy sefardí por todos los lados: por parte de mi madre, Ahuva Goslan, hija de Shmuel Tsarfati, que vivía en Monastir, República de Macedonia, con su madre -mi bisabuela- Malka Tsarfati (Calderón de soltera) .Malka -Reina- enviudó y se quedó sola con tres criaturas: el mayor, Yitzjak ( Isaac) , una chica, Sara, y mi abuelo, Shlomo. En Monastir era tradición que la comunidad judía ayudara a las viudas sin medios económicos, pero a pesar de eso, ella quiso trasladarse a Jerusalén, donde ya estaban sus padres.
–Un viaje desde Monastir a Jerusalén en aquella época no debía de ser cosa fácil.
–Isaac contaba que la semana antes de la partida llegaron de lejos gente para despedirse, y bailaron y cantaron toda la semana dando gracias por haber llegado a aquel momento, les acompañaron hasta la estación de tren y partieron hacia Tesalónica. De allí a Izmir, y luego a Alejandría, para al fin llegar al puerto de Yafo. Subieron a Jerusalén en una carreta tirada por caballos,y cuando al amanecer llegaron a ver las primeras casas de Jerusalén se bajaron del carruaje para besar la tierra y dar gracias por haber tenido la suerte de poder disfrutar de algo así y bendecían «She´ejeyanu»
–¿Qué año era?
–1896.
Y prosigue Pnina contando:
–La abuela Malka murió ocho años después de llegar a Jerusalén. Los dos hermanos, Isaac y Shmuel trabajaron duro para poder vivir y ahorrar para la dote de la hermana Sara, que al final se casó con un hombre de Salónica. Shmuel fue a visitarla y allí conoció a Bienvenida Montecchio, una judía cuya familia también era sefardí y había llegadoa Salónica desde Italia, pero no sé desde donde. Se casaron y una de sus hijas fue mi madre, Ahuva.
–¿Y por la parte de padre?
–Mi abuelo , Shlomo, o su familia, había llegado a Gaza desde Argelia, tampoco sabemos exactamente el lugar. La familia fundó allí la sinagoga de Abraham Avinu. En 1799, cuando Napoleón conquistó Gaza, la familia pasó a Jebrón -con la puerta de la sinagoga al hombro- y allí se casó con Joya Kastel, que era la hija del jajám Jaím Nisim Kastel; Shlomo y Joya tenían una gran tienda en una de las mejores calles de Jebrón, vendían cereales y tejidos, sobre todo algodón.
–¿Y se sabe algo de la vida Shlomo y Joya en Jebrón?
–Vivían bien, tuvieron nueve hijos. ¿Ves aquel hombre de allí? Es mi primo Shlomo, le llamaron así en honor de nuestro abuelo.
–¿Y qué pasó en Jebrón con los disturbios de 1929?
–El viernes por la noche, el abuelo y sus tres hijos mayores fueron a la sinagoga. Por el camino un árabe le avisó de lo que pasaría y le dijo que se fuera a casa. Pero él siguió camino. Otro comerciante le dijo que se fuera a casa. Entonces comprendió que la cosa iba en serio. regresaron a casa y mandó a los hijos mirar por la ventana para que si forzaban la puerta pudieran salir a través de la ventana. La abuela y los seis niños pequeños se escondieron bajo la mesa. Por la mañana llegó una orden del Ejército Británico para presentarse en la comisaría de policía y desde allí fueron llevados a Jerusalén. Atrás quedaron, asesinados, sesenta y nueve judíos. Uno era su tío , el rabino Meir Kastel, y otro , su primo. Los concentraron en Beit Hadasa, luego la mayoría pasó a vivir en el barrio de Ohel Moshé, uno de los primeros barrios que se construyeron fuera de las murallas a fines del S XIX.
–Y después de más de quinientos años un nieta de Joya Kastel come jalot con chocolate en la judería de Calatayud.
–Y encantada de poder estar en esta ciudad donde está el pasado de nuestra familia y en la que también nos tratan cada vez que venimos.