
Sobre las trágicas circunstancias en las que un gran rabino marroquí se reunió con sus padres en 1920.
El 14 de Kislev del año 5680/1920 no fue un Shabat cualquiera en Tafilaleth, Marruecos. Fue el día en que se reunió con sus padres r David Abujatsira, hijo de Mesod Abujatsira, hermano del Baba Sali. También es la fecha en que el judaísmo recuerda la hilulá de Reuvén, el hijo de Yaakov.
Rabí David Abujatsira nació en el año de 5626/1866, en la localidad marroquí de Tafilálet, al norte del Sahara, llorada en la famosa kiná de Ibn Ezra por su destrucción en tiempos del radicalismo islámico de los almohades.
-¿Qué estudiaremos esta noche?– preguntó el alumno, en medio de la luz lúgubre de la estancia.
El rabino le contesto:
-Toma el libro y estudiaremos donde lo abras.
El discípulo tomó el libro que estaba sobre la mesilla de noche -«Sefer Hakavanoth» de Arizal. El alumno, obedeciendo al maestro, lo abrió por un página al azar y llegó así al capítulo que trata de los secretos del » Shemá Israel «, la oración más importante del judaísmo rabínico. Se sumergieron en este estudio toda la noche de Shabat, hasta que el sueño los rindió.
Al día siguiente, a plena luz del día de Shabat, el líder rebelde Ben Kassem, jefe del clan de los Mazuza, cabila situada al sur de Melilla, dio la orden de reunir a todos los judíos de los alrededores, incluidos ancianos y niños. Todos los judíos, asustados, acudieron al lugar convenido, excepto el rabino David. A él nadie le había advertido de la orden…
Los judíos temblaban de miedo cuando se encontraron frente a soldados armados y con la espada desenvainada. Ben Kassem ordenó a los judíos que se alinearan en filas y al frente de cada uno de ellas ordenó que se apostara uno de sus secuaces.
Entonces el tirano exclamó: «-¿Están todos los judíos aquí?
-Si ! — le respondieron al unísono.
-Entonces, ¿dónde está tu Rabino?–preguntó el déspota.
-No ha venido porque es un hombre santo que no sale de su habitación.
Ben Kassem envió inmediatamente a unos soldados para apresar al rabino David הי»ד en su casa. Lo encontraron vestido con un Talit y estudiando la Mishná. Fue apresado y sin quitarse el Talit llevado a la presencia de Kassem.
– «¿Por qué escribes cartas a los cristianos infieles para que regresen a Tafilaleth?–le preguntó.
-¡Sería negligente si hiciera tal cosa! –respondió el rabino.
-¿Estás intentando engañarme?–gritó el tirano; y seguidamente dio la orden de ejecutarlo de inmediato, junto con dos notables ricos de la ciudad: el rabino Ytzhak ben Shimon y su hijo el rabino david הי»ד.
Entonces los judíos comenzaron a gritar: «¡Maestro nuestro! ¡Moriremos en tu lugar!»
Con voz tranquila, el rabino David les respondió:
–«Es mejor que uno muera para salvar al mayor número».
El rabino Yitzhak y su hijo lo siguieron, con ojos llorosos y un corazón feliz: ¿no tenían el mérito de morir por la «santificación del Nombre», en compañía del santo Rabí David, su maestro?
Las comunidades de Tafilaleth lamentaron la trágica prueba que les sobrevino. La noticia llegó a todos los pueblos de Marruecos y todos pronunciaron discursos fúnebres. Pero el duelo se sintió particularmente en la Familia Abujatsira, y especialmente en los familiares del Baba Sale זיע»א, unido en estrechos lazos con su hermano mayor. Durante siete años consecutivos se mantuvo el duelo; pero en la semana en que caía el aniversario de su asesinato , desde el Sábado por la noche hasta el viernes siguiente por la noche, quedó sin comer ni beber.
El séptimo año, sin embargo, vio a su hermano en un sueño y abandonó el luto. El aniversario de su muerte entonces se convirtió en un día de «Hilula», de enaltecimiento (de laalot, subir, ascender)