
Más tradición culinaria de Januká, en esta ocasión de la comunidad sefardí de lo que hoy llamamos Grecia, concretamente receta de la comunidad de Ioanina.
Tiganites, en griego, quiere decir frituras. Y, aunque para muchos sea una sorpresa, esa palabra griega pasa al hebreo, donde letaguén es, precisamente, «freir» ; y «tigún» , fritura. (Otras veces es al revés, que es el hebreo el que influye en el hebreo, pero siempre hay que tener en cuenta que entre el hebreo y el griego, y viceversa, hay muchas influencias, tantas como siglos estuvo Judea sometida a los seléucidas hasta el milagro macabeo de Januká)
Tiganites son, así pues, los buñuelos de los judíos griegos y, por extensión, balcánicos (tanto romaniotes como sefardíes) se trata de unas tortitas de nuez -es la época de la recogida de la nuez en el hemisferio norte- y miel, uno de los manjares más antiguos de la humanidad, que en Grecia tiene fama por su calidad y abundancia.
Y por supuesto, de forma ineludible, fritos en la sartén con el oro líquido llamado aceite de oliva mediterráneo y no con ningún otro aceite de origen vegetal incapaz de obrar «los milagros» que el de oliva hace a sus consumidores.
Los ingredientes para este sencillo y tradicional dulce son los siguientes :
- 2 tazas de harina para todo uso, sin aditivos leudadores ni nada.
- 1 cucharadita y 1/2 de polvo de hornear
- una pizca de sal (como en todos los postres)
- 1 cucharada sopera de miel
- 1/4 taza de agua
- 1 chupito (pequela copita) de ouzo, mastija o rakí (licores aguardentosos, anisados, tipo la cazalla española o el anisete)
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva
- canela y nueces, a ser posible en su cáscara y no ya peladas y troceadas, porque pierden mucho sabor.
