Apunte biográfico de un notable abogado que ejerció como tal en la primera mitad del S XIX.
Los Montefiore, en 1630, eran mercaderes en el puerto adriático de Ancona, para pasar luego, a fines del S XVII o principios del S XVIII al puerto mediterráneo de Livorno. El primero en trasladarse al puerto franco que habían creado los Médeci fue Isaac Vita Montefiore, que luego contrató a su sobrino Yehudá. Este, casó con una mujer de los Medina, con la que tuvo cuatro hijos; el tercero de ellos, Moshé Vita, en 1752, se casó con Esther , hija de un comerciante de Marruecos en Livorno. Tuvieron siete hijos; el cuarto de ellos será el padre de Joseph Elias, que será padre de sir Moshe Montefiore. El sexto fue Yehoshúa, nacido en Londres el 10 de agosto de 1762.
Uncle Josh, como le llamaba su sobrino -Sir Moses Montefiore- disfrutó de una eduación esmerada y siempre estuvo muy orgulloso de haber sido el primer judío que se graduó en la universidad de Oxford -en la cual en aquellos tiempos no podían estudiar ni enseñar los judíos. Algunos dicen que sencillamente pudo haberse convertido al cristianismo para ello. También afirmaba, con no poca satisfacción, haber sido el primer judío que sirvió en el ejército británico. Su nombre no se menciona en ningún registro militar, pero su sobrino recordaba al tío Josh con su «abrigo rojo con cordones, coleta, sombrero de tres picos y espada».
En 1784, tras los estudios en Oxford, Joshua Montefiore fue admitido en el ejercicio de la abogacía en Londres; un año después fue nombrado Notario Público. Pero en 1787, cuando solicitó ser admitido en el colegio de abogados de Jamaica, fue rechazado porque una ley de 1711 excluía de esta posibilidad a «judío, mulato, indio o negro».
Cinco años más tarde, se embarcó en una aventura que nos refleja muy bien su carácter : fue uno de los líderes de un contingente de unos trescientos colonos que se establecieron en la isla de Bolama, frente a la costa de Guinea , en la costa occidental de África; el propósito de esta empresa sin precedentes era demostrar que las colonias tropicales podían ser cultivadas con éxito sin trabajo esclavo. El noble experimento fracasó estrepitosamente, pero no obstante, Montefiore publicó posteriormente un interesante relato de su aventura africana, que nos ofrece a los lectores e investigadores un testimonio de incalculable valor.
Tras esta aventura, en 1803 deseó probar suerte como abogado en América del Norte, radicándose en Filadelfia. Allí publicó en 1811 una obra que pronto pasó a ser popular en el mundo del comercio: » The American Traders Compendium» . En N.Y. editó un periódico , Men and Measures.
En 1835, cuando contaba ya con setenta y tres años de vida, y siendo ya viudo de Elizabeth Mahers, se casó con la doncella de su difunta esposa y se mudaron juntos a St. Albans, Vermont. Parece ser que en esa época su sobrino , Sir Moses, sufragó su existencia: con la doncella tuvo ocho hijos, y con la esposa anterior, otros once. La doncella era católica y sus hijos fueron educados como cristianos, pero no obstante también tenían implicaciones con el judaísmo. Por ejemplo, todos fueron circuncidados. Cuando en 1843 falleció, fue enterrado en el jardín de su casa para no serlo en el cementerio cristiano y, además, preparó de antemano una traducción al inglés del funeral judío.
Aunque tuvo poco que ver con la vida judía en sus últimos años, la tradición familiar dice que siguió siendo un judío observante y circuncidó a sus hijos, aunque permitió que sus hijos fueran criados como cristianos. Fue enterrado en la granja familiar para que no pasara la eternidad en el cementerio cristiano de la ciudad. Antes de morir, preparó de memoria una traducción del funeral judío para leer en su entierro y en la Biblia familiar escribió una oración, completamente judía en su contenido y lenguaje, para ser recitada por sus hijos cada noche.