Historia de un sefardí que pasó a la Historia por escribir la primera obra conocida de un escritor judío que describe la historia de los no judíos.
Rabí Joshua ben Meïr ha-Kohen , vecino de la judería de Cuenca, cuando el Edicto de Granada de 1492 se hizo público, decidió no abjurar de su judaísmo y partió con toda su prole hacia Avignón, en la Provenza. Allí había desde antiguo una gran comunidad judía, la de los comtadinos (del condado de Venaissin) que tenían hasta su propio dialecto judeo-provenzal, el shuadat, ya extinto.
El 20 de diciembre de 1496, r Yoshúa ben Meir fue padre de un niño, al que llamaron Yosef. No sabemos por qué, pero cinco años más tarde, la familia abandona la costa del sur de Francia para asentarse hasta 1516 en la costa occidental de la península itálica: Génova. En ese entonces la ciudad estaba creando su comunidad judía con cripto-judíos portugueses que huían de la Inquisición lusa. Pero en 1516 la ciudad retomó su poca afinidad con los judíos y los expulsó. La familia de r Yosef – formada por los padres y su hermano Todros- se fue a la localidad de Novi, pero regresaron a Génova en 1538. Para ese entonces Yosef ya se dedicaba a a medicina, que practicó allí durante 12 años. El 3 de junio de 1550, tanto él como el resto de sus correligionarios fueron expulsados de Génova como consecuencia de la rivalidad de los médicos no judíos. En esta ocasión el refugio fue encontrado en Voltaggio, a petición de los ciudadanos de ese pequeño pueblo. Se quedó con ellos hasta 1567. Cuando los judíos fueron expulsados del territorio de Génova, se dirigió a Costeletto (Montferrat), donde fue muy bien recibido. En 1571 se estableció nuevamente en Génova, donde murió pocos años después. Fue padre de tres hijos y dos hijas.
Joseph Ha´Kohén, también conocido como el sefardí, fue muy considerado como historiador y médico. Una de sus principales preocupaciones era también la liberación de los numerosos judíos cautivos por los barcos de las repúblicas italianas y por los corsarios en la isla de Zante ( o en Túnez cunado entró el emperador Carlos I de España.)
En tanto que historiador son dos obras las que le han dado fama. Por un lado, «Dibre ha-Yamim le-Malke Zarfat we-‘Otoman» , Crónicas de los reyes de Francia y Turquía, anales en que presenta los acontecimientos históricos como un conflicto entre Asia y Europa, entre el mundo islámico y el cristiano. Tras la caída de los omeyas en Córdoba, los fatimíes en El Cairo y los abasidas en Bagdad, serán según él los turcos los musulmanes que se enfrenten tanto al Imperio Bizantino (enfrentado a los persas) y al Imperio Carolingio, heredero del Imperio romano tras su partición en dos. Es decir, que para él el problema es el enfrentamiento de los otomanos contra los francos. La idea que el proponesigue vigente en los manuales de Historia.
La obra se imprimió en 1554 en Venecia y se reimprimió en Amsterdam en 1733. Algunas partes se tradujeron al alemán y al francés; todo el trabajo fue publicado en inglés, pero mal traducido, por Bialloblotzky.
Su segunda obra fue Emeq ha-Bakha , Valle de Lágrimas, que se pubicó en cuatro ediciones actualizadas. Es muy interesante para conocer a las personas de su tiempo en Italia. También menciona una serie de hechos importantes ignorados por otros historiadores. Es menos preciso en el tratamiento de la historia antigua, por lo que a menudo se vio obligado a consultar fuentes poco fiables.
Su propósito -lo deja bien claro en el prólogo- era servir como lectura en el ayuno de 9 Av. Terminó la primera versión de esta obra en 1558, residiendo en Voltaggio y fue editada por primera vez por Samuel David Luzzatto; y publicada en 1852 por Max Letteris. En 1858 M. Wiener publicó una traducción al alemán. En 1981 apareció una edición crítica de textos moderna, editada por Karin Almbladh.
También escribió en hebreo una versión de una obra médica de un español llamado Meir Alguadez , con recetas para la curación de diversas enfermedades. Otra pequeña obra fue su Peles ha-Shemot, escrito en 1561, y de carácter lexicográfico: una lista alfabética de sustantivos hebreos. También compiló, en 1567, un libro de fórmulas corteses para usar con cortesía a la hora de escribir cartas, y una gran cantidad de versos, que se encuentran, escritos de su propia mano, al final de sus obras.