Nota sobre la judería extremeña de Llerena, donde se levantó uno de los 23 tribunales de la Inqusicición Española.
Llerena, localidad hoy de la provincia de Badajoz, Extremadura, fue reconquistada en 1243 y, seguidamente, repoblada con astures, leoneses, cántabros y vascos, así como con judíos.
Para el último cuarto del S XV, cuando el rabino llerenense Rabí Meir consiguió de los Reyes Católicos que los judíos de toda Castilla pudieran volver a celebrar ferias, habría en Llerena unas 600 familias viviendo parece ser con bastante bienestar; todas ellas habitaban las calles entorno a la sinagoga, hoy ermita de Sta. Catalina (Quedan, de la sinagoga, la entrada principal y todos los arcos del interior)
La villa fue donada a la Orden de Santiago, cuyo maestre fue Don Fadrique, nacido en LLerena del vientre de la judía descendiente de los gaones de Babilonia en Portugal, Paloma (según cuenta López de Ayala) HIjo de éste Fadrique fue el almirante de Castilla, Alonso Enriquez, cuyo hijo, en su momento, fue padre -con una concubina judía llamada Marina- de la tremebunda Juana Enríquez, madre de Fernando El Católico (y dicen que instigadora del envenenamiento del hermano del rey, Carlos, príncipe de Viana)
De esas 600 familias censadas en Llerana a mediados del S XV, 125 unidades familiares optaron, con el decreto de 1492, por la conversión al cristianismo; se crea así, en la villa, a ojos de los inquisidores, un importante centro difusor de siempre sospechosa neocristiandad judaizante. En 1508, poco después de la gran msacre de la vecina Portugal, Luis Zapata de Chaves, consejero y asesor de los Reyes Católicos, consigue que se establezca en LLerena el Tribunal de la Inquisición; el propio palacio de Zapata, hoy Juzgado de LLerena, en la Plaza de la Inquisición, será la tercera sede de la corte inquisitorial, que fue el tercer tribunal del Santo Oficio en tamaño en toda la Península Ibérica.
La creación del Tribunal inquisitorial de Llerena se constata en 1485. Su tenebrosa jurisdicción abarcaba los obispados de Plasencia, Coria, Badajoz, Ciudad Rodrigo y los maestrazgos de Santiago y Alcántara y la provincia de León. Fue suprimido en 1820 ( de manera legal y definitiva en 1834)
Testigo del mundo de Llerena – tanto antes como después de la instauración del tribunal- fue el prominente judío llerenense Gabriel Israel, de converso Fernando de Coca, protegido del maestre de la Orden de Santiago, d Alonso de Cárdenas.
En el Archivo de Simancas, consta documento -a fecha de 29 de octubre de 1490- para que el judío llamado Istruel, de profesión interprete, vecino de Llerena, pero radicado en Córdoba, pueda cobrar ciertas deudas de vecinos de Jerez de la Frontera. En el mismo archivo aparece con la misma fecha un documento en el que se pide actuar a la Orden de Santiago sobre la fianza hecha por Meir Abenafox, judío de la ciudad de Murcia, a Gabriel Istruel, pero no sabemos si se trata del mismo Istruel o que en Llerena era apellido abundante. Para 1491 aparece documento nombrando a Meir Abenafox, judío murciano (el ya mencionado) que ganó el juicio de la fianza. El tal Istruel parece ser que fue el más famoso de los traductores del centro de interpretación del árabe que floreció en Llerena.
El domingo 14 de junio de 1579 -para que hubiera más público- se perpetró un gran auto de fe en el que consta que Gabriel Méndez, texedor de lienzos, vecino de Cabezuela, sufre la pena de confiscación de bienes.
El neocristianismo llega a fines del S XVIII, con la figura de un natural de Llerena, Jose Máría del Castillo Spinosí, cónsul en Séte, Francia, Londres y Argelia. El apellido de la madre es obviamente el de los Espinosa. Nacido en Llerena el 18 de agosto de 1790, era hijo del superintendente de rentas en la aduana de México y de la esposa de éste, María Spinosi, de Palma de Mallorca, es decir judía xueta.
En el S XVI vivió en LLerena FRANCISCO DE PEÑARANDA , bachiller que luego pasó a vivir en Bancarrota, y cuya biblioteca apareció de forma casual en unos trabajos de albañilería.
En la biblioteca de la Universidad de Cambridge existe una edición príncipe ( Item no. T44 in volume 11451.ee.39) Su título: » Los judios de Llerena : Nueva relacion y verdadero romance en que se da cuenta de los hechos y atrozidades que ejecutaron seis judíos y cinco judías en la ciudad de Llerena, sacrificando a cuatro mártires niños, dos religiosos y una mujer, con lo demás que verá el curioso lector.»
El documento pertenecía a Frederick William Cosens, un comerciante de vinos de Jerez con medios para dedicarse a la bibliofilia. Su inmensa biblioteca fue subastada por Sotheby´s y ahora está dispersa por distintas bibliotecas universitarias. La obra de la que hablamos está fechada en 1830 -tras la invasión napoleónica de España- y narra, en verso, hechos presuntamente perpretados en 1815, como nos aporta el narrador nada más empezar la obra.
Según cuenta, seis mercaderes franceses salieron para Llerena con el fin de empezar a vivir allí. Fueron a habitar una casa enfrente de la de Pedro Moreno y su esposa, Ana María, padres de un niño de año y medio, que un 20 de noviembre fue secuestrado. El alboroto era grande, pues secuestraron en el mismo día a otros tres niños. A los pocos días, uno de los franceses fue a casa de Pedro Moreno para ofrecerle criar como suyo a uno de sus muchos hijos y Ana María acepta. Pero por la noche, oye llantos , cree que son sueños, habla con su marido, que escondido en una tinaja es testigo de unos hechos; huye de la casa, sencuentra con seis Familiares (delatores de la Inquisiciñon) y tras la denuncia entran en la casa los inquisidores, que se encuentran en casa de los franceses, a unos sacerdotes muertos, y en las paredes , crucificados, los niños, y desnuda y amordazada, la madre de uno de ellos en el momento de su último aliento. Se puede leer en el siguiente enlace:
https://cudl.lib.cam.ac.uk/view/PR-SYN-00006-00077-00009-00016/1
Par mayor conocimiento de la historia del tribunal inquisitorial de Llerena recomendamos el siguiente documental:
N.b. La foto principal es de la ermita que antaño fue sinagoga.