
La adafina -el tesoro escondido, literalmente- es la madre de todos los cocidos hispánicos y ahora es el tiempo idóneo para saborearla.
La adafina -cocido de garbanzos en olla de barro con carne de ternera -jarrete- y calabaza, hecha a fuego lentísimo en las platas de Shabat- etimológicamente significa en árabe hispánico, “Tesoro”.
En la cocina sefardí era tan popular hacia el S XIV que son abundantes las referencias literarias a este plato, origen indudable del cocido madrileño y por extensión de todos los cocidos hispánicos.
Por ejemplo, referencia literaria de este plato netamente sefardí es la siguiente, en la “Crónica de los Reyes Católicos:
“Nunca perdieron en el comer la costumbre juadica de manjares y olleta adefina”
En el Cancionero General, motejando de judío a Juan Poeta se dice:
El ara que es consagrada
Y de piedra dura y fina
De vuestra mano tocada,
En un punto fue tornada
Ataifor con Adafina.
Cantares (copla 755) del Arcipreste de Hita:
Algunos en sus casas pasan dos sardinas,
En agenas posadas demandan gollerías,
Desechan el carnero, piden las adefinas,
Desían que non combrian tosino sin gallinas.
