LA DISPUTA DE BARCELONA

La primera de las polémicas teológicas entre el cristianismo y el judaísmo, en el verano de 1263 y en la ciudad condal.


Jaime I El Conquistador , en el año 1263,  era el rey  de  los reinos de Aragón,  de Valencia y  de Mallorca, y además era conde de Urgell, de Montpellier y de Barcelona. En esta ciudad -la ciudad condal- los monarcas de la Corona de Aragón, que regían el condado que más tarde sería la comunidad española de Cataluña, tenían un palacio real -que databa de tiempos visigodos-  y que fue asediado por el mismísimo Almanzor. En ese palacio se van a desarrollar los eventos de los que vamos a hablar.

Escalinata del Palacio Real Mayor,

Algún tiempo antes de esa fecha de 1263, nació en algún lugar de la Península Ibérica un judío al que llamaron Saúl y que desde niño estudió Torá y Talmud parece  ser que con r. Eliezer de Tarascón ;  se casó con una judía,  que le dio hijos,  y fue ordenado rabino.  Como rabino que era estaba familiarizado con el estudio de los midrashim del Talmud, pero en un momento dado encontró unos textos que a él le parecieron estar hablando de quien los cristianos consideran «mesías» y llegó a la conclusión de que el judaísmo omitía a drede aquellos pasajes para no admitir al cristianismo como la religión verdadera. Esto le sumió en una crisis espiritual que terminó con la conversión a la fe de los nazarenos. Fue bautizado con el nombre de Pablo Christiani y se hizo fraile dominico -la orden que en Sfarad, siglos después, dirigirá La Inquisición Real (no la medieval, pontificia, de 1184 para erradicar la herejía de los cátaros).  La  meta de Pablo Chrisitiani era  seguir a Nicholas Donin, otro converso judío, pero éste francés, generador de la Disputa de París en 1240 , cuya conclusión final fue  prohibir de manera total El Talmud quemando en una plaza todos los ejemplares que se encontraron.

En ese contexto,  Christiani se asoció con un dominico, llamado Ramón Martí , autor del elocuente título «Puñal de la fe contra los judíos» . Después se le ocurrió -siguiendo la obra de Donin-  solicitar del rey Jaime I -y al gran inquisidor del momento, el clérigo beatificado Raimundo Peñafort- un enfrentamiento diáléctico de índole teológica con el rabino más versado de su  tiempo : el objetivo, al menos en apariencia,  era dilucidar cuál de las dos religiones era la verdadera.  Aunque no hay acuerdo con las fechas concretas, se conviene que el 20 de julio de 1263,  en el Palacio Real de la Corona de Aragón en Barcelona,  comenzara lo que la historiografía denomina la Disputa de Barcelona: Pablo Christiani versus HA´RAMBÁN. (Najmánides para los cristianos)

El rey -nobleza obliga-  garantizó al rabino gerundense  total libertad de expresión; pero sin embargo era sólo libertad de réplica, pues esa libertad de expresión sólo se refería a la posibilidad de contestar a las preguntas de Pablo Christiani. Al Rambán le quedaba prohibido preguntar. Además, el público asistente al evento sólo sería cristiano. Los presidentes de la disputa serían el propio rey, el inquisidor mencionado  anteriormente, introductor de la Inquiosición medieval en el Reino de Aragón, y el superior de los franciscanos, Pedro de Janua.

Ha´Rambán, ducho en la velocidad de pensamiento, lo tuvo fácil. A la respuesta de por qué los judíos habían ocultado la llegada del Mesías respondió que no se podía ocultar algo que todavía no había sucedido. Y prueba de que el evento divino por excelencia no se había producido era que nadie tuvo nunca el menor  conocimiento de que se hubieran cumplido los signos que ello conllevará.

La Disputa fue «ganada» por los dos y por ninguno, es decir, no hubo un ganador claro, pero los dos se dieron a sí mismos por vencedores. No hubo sesión de clausura, pues ante los abucheos y alborotos producidos por los allí congregados, se anularon los debates. El Rey Jaime, al acabar, le  dió al Rambán tres mil sueldos de oro por lo bien que había defendido una causa equivocada. El siguiente Shabat, el monarca asistió a los servicios de Shajarit en la sinagoga mayor de Barcelona.

Ni la Inquisición ni los dominicos dejaron de observar de cerca a los judíos. Unos  dos años después del debate,  se exigió  enjuiciar  al  Rambán por haber difamado al cristianismo publicando sus posturas en la Disputa . Con la mediación del rey de Aragón, el juicio se aplazó; aunque también es cierto que por orden real, el texto se quemó. Dos años más tarde,  Pablo obtuvo una solicitud escrita del Papa Clemente IV para castigarle por sus palabras. El pontífice redactó  un proyecto de ley que ordenaba al obispo de Tarragona enviar todas las copias del Talmud al examen de los dominicos y franciscanos. El obispo de Tarragona pidió al rey Jaime  que nombrara una comisión compuesta por Christiani y otros que actuaran como censores del Talmud.

Así, en 1267, previendo que moriría en alguna hoguera en cualquier momento, Ha´Rambán  abandonó para siempre Sfarad y decidió radicarse, a la entonces avanzada edad de  70 años, en Eretz Israel, donde fundó la que hoy es una de las sinagogas más antiguas de Jerusalén.



Bibliografia básica:

  • Joaquín Lomba, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza , «Los debates intelectuales medievales en el pensamiento judío»