R. SHIMON LABI

 Nota sobre el último mekubal nacido en Sfarad, autor del piut más conocido sobre Bar Yojai y que cantan todas las comunidades en Lag la´Omer.


 

De todas las canciones, himnos, piutím y demás composiciones líricas de la tradición secular para  la celebración de  moed de La´g La´Omer destaca la creación titulada «Bar Yojai» . Su compositor es rabí Shim´on LaBi. O por su acrónimo, que también lo tiene, dada su importancia, Rashal.

No sabemos mucho sobre  quien ostenta el honor de ser el último mekubal nacido en Sfarad, tan sólo que nació en Castilla a finales del S XV  -hacia mil cuatro cientos ochenta y pico- y que sus padres vivieron en su propia carne la diáspora derivada del Edicto de Granada. Es decir, que vivió con tan sólo seis años de edad la expulsión. Sus padres decidieron formar parte del contingente que se radicó en Fez, formando la comunidad de los megurashím (los expulsos), frente a la de los toshavím (los habitantes)

En Fez sería ordenado rabino y llegaría a ser no pequeño mekubal. En 1551 , años después de complicadas inestabilidades políticas de dinastías rivales por el reino de Fez, destruido por un terremoto tremebundo, Lavi decidió radicarse en Eretz Israel -donde para aquel entonces, aristócratas sefardíes bien situados en el poder del Imperio Otomano estaban reconstruyendo Tiberias y su comunidad. Emprendió camino hacia allá, pero cuando llegó a Trípoli (Libia) y vio las terribles condiciones espirituales en que vivían allí los judíos, decidió quedarse allí y hacerse cargo del rabinato de la ciudad. (Fernando II de Aragón, el mismo rey que decretó que el Edicto de Granada aplicaba también a los judíos aragoneses, conquistó las antiguas regiónes de la Cirenaica y la Tripolitana en 1510, y hasta que no fue tomada por el Imperio Otomano, en 1551, los judíos , en tanto que súbditos de la Corona de Castilla y Aragón, vieron muy mermadas sus posibilidades de vivir como judíos, impelidos incluso a la conversión, lo cual afectó a la práctica del  judaísmo de Trípoli hasta que en 1530 la plaza fue entregada a la Orden de S . Juan del Hospital, que la controlaron hasta que llegaron los otomanos. Nueve años después, Lavi se encargará de resucitar esa comunidad agonizante)

Según escritos posteriores a su vida, a él se deben las costumbres sefardíes de los judíos tripolitanos, creando para ello una serie de takanot (ordenanzas rabínicas) que aún hoy perduran entre los judíos libios. Parece ser que, además, fue uno de los judíos que se dedicó a la alquimia teórica ; mientras tanto,  dirigía el Beit Midrásh que fundó, en el que se ordenaban todos los rabinos libios, dirimían sus pleitos los dayaním tripolitanos y daban a conocer sus versos los paytaním , herederos de la sublime herencia lírica de los sefardíes.

Su más famosa obra escrita fue el Libro de «La Mancha de Oro», Ketem Pas, כתם פז, un tratado kabalístico que ya había comenzado a redactar en Fez y que finalizó en Trípoli. En esencia es una exégesis sobre El Zohar, el libro fundamental del misticismo judío, revelación de su tocayo Shimón Bar Yojai. Fue obra indispensable para la escuela kabalística de Tsfat, cuyos talmidím la consideraron como principal obra de interpretación del Zohar. Y eso después de haber alcanzado gran fama internacional, pues fue compuesta par responder a una polémica que levantó el sector racionalista del judaísmo, a los cuales Lavi consideraba sencillamente unos ignorantes de la profundidad del judaísmo y probablemente debido a contaminaciones cristianas vía el cripto-judaísmo. Y entonces les redactó un tratado para ver si podían entender algo del Zohar y moderar sus juicios en base al conocimiento y no la soberbia de la ignorancia, el prejuicio y la discriminación. Quien quiera y pueda , puede leer la obra en este enlace

Rabí Shim´on Lavi , z´´l, falleció en T´´U bi´Shvat del año 1580 -algunos dicen que en 1585-y  fue enterrado en un lugar llamado Aldyara;  durante mucho tiempo su tumba  fue lugar de peregrinación no sólo para los judíos, sino incluso para los musulmanes, tal era la estima que le tuvieron en vida.

Y como colofón de toda esta entrega al judaísmo, también Lavi pasa a la historia como compositor del más famoso himno para el moed de Lag La´Omer, cantado por todas y cada una de las comunidades de todo el mundo. También forma parte de los cánticos de Kabalat Shabat desde que así lo incorporaran los sefardíes de Tsfat en el S XVI. R. Moshé Cordovero, lo difundió entre la diáspora.

La composición tiene una macro-estructura formada por 10 estrofas, todas ellas con el nombre de Bar Yojai al principio del primero de sus versos. Cada estrofa hace referencia a una de las diez esferas del orden kabalístico y en cada una de ellas la voz narrativa describe la ascensión del propio Bar Yojai al «Supremo Misterio».  Por supuesto, para no contrariar a la tradición sefardí, la estrofas forman un acróstico con el nombre del autor. Todas las estrofas van enlazadas por un estribillo: «Qué afortunado eres Bar Yojai, que fuiste ungido alegremente con los óleos, para destacarte por encima de tus compañeros. » Por descontado, los hipervínculos tanájicos, talmúdicos y demás son muy abundantes, dignos de tesis.

Sobre este piut existen todo tipo de versiones, nosotros hemos preferido una versión tunecina porque se supone que podría ser la más cercana a la auténtica.

 

De este piut existen muchas versiones -lo cantan todas las comunidades- nosotros hemos escogido, entre las que están a nuestro alcance , la versión de los judíos de Túnez, que nos parece debe ser la más cercana al original.

Bar Yoaji, fuiste ungido con el sagrado óleo en santa medida / una corona de santidad ceñía tu testa / orlando la gloria de tu cabeza / Bar Yojai, en buena vivienda te guareciste el día que huiste / y en una cueva rocosa te detuviste / y allí tu fuerza y gloria adquiriste. / Bar Yojai, qué afortunado fuiste al ser ungido por encima de tus compañeros. / Cual columnas de acacia sosteniendo las enseñanzas divinas / expandiste la luz extraordinaria del fuego que te enseñaran tus maestros. / Llegaste a una pomarada y entraste a recoger el dulce de las manzanas / El misterio de La Torá , con las flores y los aromas, dijo que creían en El Hombre. / Bar Yojai, fuiste dotado con fuerza y en la guerra ardiente de La Torá desenvainaste la espada contra sus enemigos. / A un lugar marmóreo llegaste y frente a un león pero percibiste una corona orlando una constelación sin que nadie pudiera apercibirse de ti. / Bar Yojai, en el Lugar Santísimo, una verde línea crea nuevas manifestaciones / Las siete semanas son el secreto de los cincuenta/ a los lazos de Shin enlaceste los tuyos./ La yod de la sabiduría primigenia / viste en su profundidad / Contemplaste la hermosura de la las supremas alturas / que algunos llamaron nada / Afortunada la que te parió y afortunado el que aprende de ti / Afortunado quien sondea los misterios / ataviado con el peto sacerdotal / y el inefable Nombre. / Tú fuiste afortunado con el óleo de la unción.