El sefardí de la isla de Madeira por el cual se permitió el regreso de los judíos a Inglaterra, de donde habían sido expulsados durante cuatrocientos años.
La expulsión de los judíos de Sfarad es un evento histórico muy conocido. La expulsión de los judíos ingleses, en el S XIII, no. No es aquí lugar para dilucidar por qué una expulsión es más conocida que otra, pero la realidad es que Eduardo I , alias el zanquilargo, cuando acabó la empresa colonialista en Jerusalén (la novena cruzada) heredó el trono de Inglaterra y comenzó guerras contra Gales, Escocia y Francia. Y eso había que pagarlo, por lo que subieron los impuestos; cuando esto ya no bastaba, empezaron las confiscaciones. En 1290 se inventó que los judíos eran la verdadera causa de muchos de los problemas del reino y emitió un ominoso decreto de confiscación y expulsión para engrosar las arcas con que sufragaba sus guerras.
En 1418, dos comandantes de Enrique El Navegante, Tristao Vaz y Joao Gonçalves Zarco -de quien parte de los historiadores dice que era sefardí- descubren la isla de Madeira. Poco después, con el floreciente y exclusivo comercio de la caña de azúcar, la isla crece en todos los sentidos y se convierte en refugio de los cripto-judíos. A principios del S XIX la isla , con su comercio del vino, atraerá a muchos judíos de Fez, Marruecos ; casi todas las huellas judías que quedan son de esta comunidad. Las huellas anteriores a eso son de índole inquisitorial, con una centena de procesos en los archivos de la inquisición portuguesa….
Uno de aquellos cripto-judíos fue Menasahe Ben Yosef ben Israel, más conocido en su entorno como Manuel Dias, nacido el 20 de noviembre de 1604; era hijo de Yosef y Rajel (Antonia) que eran primos. Cuando Menashe tiene un año de edad, la familia, huyendo de la Inquisición (portuguesa) parte hacia la costa atlántica de Francia, donde existe las grandes comunidades de Bayona y Burdeos. De allí, en 1610, parten hacia Amsterdam. De Jerusalén a Sfarad y de Castilla y Aragón a Portugal, para pasar a Francia y Amsterdam. Uno de los periplos típicos de la diáspora de los sefardíes. (Algunos sostienen que nació en Lisboa, pero como él mismo dice en «Mikve Israel», en Lisboa nació su padre. Otros sostienen que nació en La Rochelle, Francia y de allí pasaron a Amsterdam)
Aunque los padres de Mensahe Ben Israel no navegaban en la abundancia por las heladas aguas de los estrechos canales de su nueva ciudad, no escatimaron medios para la educación de sus retoños y enviaron al primogénito a estudiar con el gran rabino de Fez en Amsterdam, Yitzjak Uziel, hijo de expulsos de Castilla y fundador de la sinagoga amsterdamesa de Nevé Shalóm. Menashe rápidametne se reveló en la yeshivá como ilui (literalmente, elevado, como aliá, es decir, alumno destacado, título exclusivo de honor para alumnos de yeshivá) Tal es así que a la edad de quince años ya era darshán en Nevé Shalóm. A los 17 escribió su primer libro, Safá Brurá, Una Lengua Clara; y a los 18, dominando la publicación en cinco lenguas -hebreo, latín, español, portugués e inglés (hablaba diez) – sucedió a r.Uziel en la presidencia de Nevé Shalóm. Al año siguiente se casó con Rajel, nieta del gran judío sevillano D Isaac Abravanel, que para entonces ya vivía en la serenísima república de Venecia. Rajel le dio tres hijos, una niña llamada Gracia, y dos niños, Samuel y Yosef (que falleció en accidente a los 20 años de edad, en un viaje a Polonia)
Mensahé era una persona muy culta, no sólo desde el punto de vista talmúdico, sino que también lo era desde el punto de vista de los estudios generales de entonces. Uno de sus más notables discípulos fue BARUJ ESPINOSA, EL EXPULSADO DE LA COMUNIDAD JUDÍA.
Hombre de su tiempo, rápidamente entendió que la modernidad de la imprenta era propicia para el judaísmo y, junto a su hijo Samuel, fundó la primera casa editorial que hubo en Amsterdam, donde se publicaban en principio sus obras, como Neshimat Jaím, «El Aliento Vital», de caràcter científico. Con el tiempo será la editorial más importante del orbe judío. Una obra suya, escrita en español, fue «El Conciliador», en tres volúmenes que aparecieron paulatinamente y en los que se pretende explicar el judaísmo a los cristianos, no por instruirlos, sino por tratar de que empatizaran más con los judíos a los que perseguían e insultaban sin conocimiento de causa. Fue un libro de mucho éxito, que le hizo famoso en muchas naciones a cuyas lenguas se tradujo. Por ejemplo, su amiga la reina Cristina de Suecia, lo mandó traducir al sueco.
Pero las cosas empezaron a cambiar en Amsterdam. La judería seguía creciendo y se unificaron las tres comunidades en una, nombrando rabino a Saúl Mortera, veneciano sefardí que había pasado a París con ELI DE MONTALTO y que, tras la muerte de éste, pasó a Holanda. Menasahe pasó a ser, en el rabinato de Mortara, dayán de la comunidad. Y no se llevaban bien. Es por eso que los Ben Israel emigraron a Brasil, donde se había asentado su cuñado Efraím Abravanel. No obstante, regresaron a Amsterdam en 1642.
En 1644, coincidiendo con la edición del segundo tomo de «El Conciliador», fue nombrado director de la yeshivá de los hermanos Pereira
Mientras tanto, en Londres, el reino británico de Carlos I desaparecía para dar paso a una etapa republicana; el jefe del nuevo gobierno, el polémico regicida Oliver Cromwel, se ocupa de las reformas de la nueva etapa política del Reino Unido, que ya no es reino. Y entre estas reformas, una que en aquella época era de mucho relieve, ya que la gente estaba muy dada a la religión: la libertad de culto.
En diciembre de 1655, se convocó una conferencia en Londres para discutir parlamentariamente el derecho de los judíos a regresar a Inglaterra. Puesto que en Inglaterra no había, al menos oficialmente, judío alguno, el rabino Ben Israel fue invitado a asistir a esa conferencia para que al menos hubiera una voz judía hablando de judaísmo. Y la de Ben Israel fue sin duda alguna una importante voz pidiendo el establecimiento de una comunidad judía en suelo inglés. El lo veía como el cumplimiento de la profecía de Isaías, 66:
«וְשַׂמְתִּי בָהֶם אוֹת וְשִׁלַּחְתִּי מֵהֶם פְּלֵיטִים אֶל הַגּוֹיִם תַּרְשִׁישׁ פּוּל וְלוּד מֹשְׁכֵי קֶשֶׁת תֻּבַל וְיָוָן הָאִיִּים הָרְחֹקִים אֲשֶׁר לֹא שָׁמְעוּ אֶת שִׁמְעִי וְלֹא רָאוּ אֶת כְּבוֹדִי וְהִגִּידוּ אֶת כְּבוֹדִי בַּגּוֹיִם»(ישעיהו ס»ו, י»ט)
(…) Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos refugiados de las naciones: a Tarsis, Put y Lod, Meshek, Rosh, Túbal, Yaván, a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. (…)
A tales efectos redactó en inglés un texto, apología del judaísmo en el mismo tono que «El conciliador», bajo el título en latín de Vindiciae Judeorum -La Reivindicación de los Judíos-
Será el texto que lea en el Parlamento republicano de Cromwell; este texto será luego tomado por clásico al ser traducido por petición de Mendelson al alemán, al holandés, al polaco, al francés y al italiano.
Mensahe ben Israel se quedó dos años en suelo inglés. Pero salió de pronto hacia Holanda por el repentino fallecimiento de su hijo Samuel en la ciudad holandesa de Middelbork, donde residía parte de su familia. Habiendo visto en vida morir a sus dos hijos, Menashe enfermó de melancolía y, z´´l, falleció el 20 de noviembre de 1657, que era el 14 de kislev de 5718.
Poco tiempo después, en 1664, la comunidad judía de Londres era reconocida oficialmente.
En memoria de este rabino sefardí tan notorio se nombró una calle en pleno centro de Jerusalén, la calle que corta en dos el Parque de la Independencia, entre Najalat Shivá y la calle Agron.
Bibliografía:
- Lucien Wolf, Menesseh Ben Israel’s Mission to Oliver Cromwell, London 1901