ALVAR GARCÍA

Historia del converso que contó a los españoles del S XV la historia de sus reyes hasta el S XV


La familia Ha´Leví -de la cual su más célebre ancestro sería rabí YEHUDA HA´LEVI– siempre fue una de las más prominentes familias hispano-hebreas. Hacia 1349, Yitsjak Ha´Levy casó con una Benveniste, otra dinastía de la aristocracia hebrea en la Península Ibérica;  tuvieron, al menos, dos hijos:  al primero le llamaron Shlomó y llegaría a ser el raba -el rabino principal- en la ciudad de Burgos. Al otro no sabemos como le llamaron, sólo nos consta el nombre que eligió tras convertirse al cristianismo: Alvar García de Santa María.

Burgos, capital del condado de Castilla, en 1038 , con la coronación de Fernando I, fue la capital del Reino de Castilla, luego traspasada a Toledo, aunque en Burgos continúan convocándose cortes. La judería de Burgos, de la que hablan por su importancia las crónicas musulmanas, alcanzó su esplendor en el S XIII , durante los reinados de Alfonso X y Sancho IV. En Burgos, según El Cantar de Mío Cid, vivían dos judíos prestamistas, Raquel y Vidas, que financiaron las campañas de El Cid.

En 1391, después de las masacres anti-judías a las que incitó EL ARCEDIANO DE ECIJA, los judíos que no fueron asesinados  o no huyeron se enfrentaron ante el duro dilema de la conversión o el riesgo de permanecer fieles a su fe. La ola de conversiones fue tremenda. Uno de esos judíos que quisieron ser bautizados fue el rabino mayor de Burgos, Shlomo Ha´Levy, que adoptó el nombre de Pablo de Santa María. Pocos años después, el Papa Bonifacio XIII le nombró obispo de Burgos y de Cartagena, además de consejero de Enrique III, preceptor de su hijo, Juan II, y en el reinado de éste, canciller mayor de Castilla. La esposa del rabino de Burgos no quiso bautizarse. Pero el hermano del rabino, sí. Tomó el nombre de Alvar García de Santa María.

Portada de la edición de la Crónica de Juan II (Sevilla, 1543).

No sabemos exactamente cuándo nació , pero se cree que alrededor de 1370. Poco antes de que su hermano fuera ordenado obispo, casó con Marina Méndez, que morirá en 1439 sin haberle dado un hijo. Sí que se  lo dio su amante:  una hija, llamada Beatriz que el padre reconoció como tal. Cuando su hermano fue ordenado obispo de Burgos, pasó a ser el administrador de monseñor. Cuatro años más tarde, en 1407, acompañó en sus campañas contra los musulmanes de Andalucía  a Fernando I de Aragón (el Fernando I de Castilla es casi quinientos años anterior) Fue entonces cuando el rey lo nombró su escribano real. Después, Alvar García participó con el rey Fernando I en la toma de Antequera ( que por eso se llama a este rey Fernando el de Antequera) Tras la victoria, se le nombró cronista real. Y al año siguiente , regidor de Burgos, cargo que ocuparía durante más de cuarenta años. Su status económico  era de tal prosperidad que hasta adquirió tierras e inmuebles en  la localidad de Pampliega (Burgos), donde se preveía crearle un mayorazgo. Cuando el hijo de Fernando, Alfonso V, accedió al trono de Aragón, Alvar pasó a ser contador del infante Juan II de Aragón, por cuyos intereses veló siempre.

Como cronista real su papel comienza como continuador de la labor que Pero López de Ayala había interrumpido en 1395. Ahora, puesto que conoce los hechos de primera mano, la crónica se vuelve más minuciosa, un verdadero tesoro de datos , en el que da buena cuenta de las conversiones, aunque dicen que muy manipulada no por él mismo sino por manos posteriores. No obstante, se conviene en que  la primera parte, desde el año 1406 hasta 1420 es obra única de Alvar García ya que lo que narra son los hechos militares y políticos protagonizados por el regente Fernando I de Antequera. De  esa primera parte se conservan tres copias de un manuscrito original perdido. Dos se encuentran en España,  en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla y en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia,  en Madrid. La última copia se  custodia en la Bibliothèque Nationale de France (París).

Falleció el 21 de marzo de 1460 y, tal y como dispuso en su testamento, fue enterrado en el monasterio de S Juan de Burgos, que él mandó construir. Y que vemos en la foto principal de este artículo.