GABRIEL ASTRUC

Nota biográfica de un gran empresario del mundo de las artes escénicas anterior a la Primera Guerra Mundial, responsable de grandes páginas de la historia de la música en París.


Los Astruc, cuyo nombre significa afortunado (por las estrellas, los astros) estuvieron asentados en el condado medieval de  Venaissin, en la Provenza -y en distintas partes de la Corona de Aragón con el nombre de Estrugo, de los cuales los de Esmirna pasaron a Argentina e Israel. Los Astruc provenzales ,en el S XVII, se mudaron a la floreciente comunidad de Burdeos. Allí nació, en 1831, Élie-Aristide Astruc, que en 1857 aparece en París para comenzar su rabinato como  adjunto del Gran Rabino de Francia ( y en 1866,  él mismo rabino mayor de Bélgica) además de miembro fundador de la L ´ALLIANCE ISRAÉLITE UNIVERSELLE.

El Pabellón de los Fantasmas, sus Memorias.

En 1863 Élie-Aristide Astruc -priemr rabino sefardí en ser admitido en el seminario rabínico de Metz, fue padre de un niño al que llamó Gabriel. No se dedicará a la religión sino a las artes escénicas.

Comenzó sus estudios en Bruselas, cuando aún vivía con su padre, pero luego , en 1877, pasó a estudiar la secundaria en el prestigioso liceo parisino de Condorcet. Habría sido de los alumnos mayores cuando allí se matriculó a Marcel Proust y a Jacques Bizet, el hijo de Bizet y Geneviéve Halevy, descendiente de LOS GRADIS y anfitriona de uno de los mayores salones de París.

Pero por aquel entonces, y para enfado de su padre, Astruc frecuentaba no sólo elegantes salones donde se desarrollaba la alta cultura, sino también  el barato y bohemio cabaret de Chat Noir, en el entonces pueblo de Montmartre, en compañía de Debussy y Satie; allí conoció a muchos pintores, demie-mondaines, pero como se puede leer en sus memorias -recomendadas escribir por Proust-  también frecuentó las amistades de una Sarah Barnardt o un Príncipe de Gales.

Caricatura de Astruc, firmada por Sem.

Periodista y cronista parlamentario, en 1897 funda una editorial musical en la cual edita la Sherezade de Maurice Ravel, aunque luego cedió los derechos de autor a otra editorial. Y en 1902 crea la lujosa revista «Musica» (sic) y poco después funda la Sociedad Musical del Pabellón de Hanovre, convirtiéndose en el empresario de la famosa espía y bailarina apodada Mata Hari, o de Richard Strauss que allí estrenó Salomé, o de las primeras representaciones  parisinas de los ballets rusos de Dhiaguilev. El empresario ruso le fue presentado por la condesa Greffulhe,  fundadora de la sociedad de audiones de Francia , reina de un salón del faubourg de Saint Germaine, nieta de la española Teresa Cabarrús, que solicitaba de Astruc la insoslayable ayuda para organizar sus grandes conciertos.

Con ayuda financiera de ISAAC DE CAMONDO construyó el Teatro de los Campos Elíseos, en la avenida de Montaigne (quien dicho sea de paso, este humanista descendía de judíos aragoneses radicados en Burdeos, los López de Villanueva, censados en Calatayud) La construcción de este teatro le procuró algunas enemistades, como la derivada de un artículo que escribió Leon Daudet (se reconciliaron en el funeral de Proust) y como la antisemita de Maurras y de la propia ultra-derecha, Acción Francesa.  El teatro, una de las salas principales del panorama musical en París, se inauguró en 1913 con un concierto de Saint Saens y Deboussy, pero pasó a la historia con el escándalo dado unos meses después,  con el estreno de La consagración de la primavera, de Stravinsky, ballet de Diahgilev, con el gran bailarín Nijinsky. A los seis meses, Astruc se arruinó. O lo arruinaron.

Tras la estruendosa primavera de la Belle Epoque, sobrevino el invierno del estallido de   la Primera Guerra Mundial. Y tras la contienda, Astruc descubrió el mundo de la radio y la publicidad. En 1929, fue el director de una obra de Phillipe de Rothschild en el Teatro Pigalle. Ese mismo año publicó sus memorias, siguiendo el consejo de Marcel Proust, que le dio a él a leer el primer tomo de En busca del  Tiempo Perdido.

Murió el ocho de julio de 1938, por lo que no escuchó el sórdido ruido de las botas de los nazis pisoteando los boulevards de París bajo la lluvia.

Sus papeles están conservados en la colección de artes escénicas de la Biblioteca Pública de Nueva York.