CINCO GENERACIONES DE RABINOS SEFARDÍES EN JERUSALÉN: LOS MIYUJÁS.

Resúmen de uno de los linajes sefardíes más veteranos y conocidos en Jerusalén.


El gran puerto  de Esmirna -la perla del Egeo (donde naciera Homero)-  fue importante lugar para la judería sefardí en el Imperio Otomano: en ella se refugiaron, en 1521, con la expulsión otomana llamada Sürgün, los judíos de Belgrado y Serbia; luego, en 1569, llegaron, desde  Portugal, los judíos hispano-lusos que habían recalado en el Magreb y,  en el S XVII, con el esplendor del puerto, judíos de Creta y Corfú, pero especialmente desde Salónica. Y es de allí, de Esmirna, y entonces, el S XVII, de donde parten los Meyujás hacia Jerusalén.

 Podemos pensar que la familia se mudó de la Bahía de Esmirna  a los Montes de Judea por romántico imperativo proto-sionista, emulando a Doña Gracia Nasi y su sobrino, pero no hay que olvidar que también había necesidad de eludir  la estrechez fiscal del absolutismo del sultán: había que pagarle, además de sus harenes y jaurías, el imponente aparato burocrático de los jenízaros y la soldadesca, la reanudación de las conquistas y saqueos por Hungría, Silesia y Moravia. Y, por si fuera poco,  Esmirna estaba convulsionada por el escándalo y la polémica del más famoso y falso Mesías, Shabtay Tzví, el creador de la secta de los sabateos.

 Mientras tanto, en Polonia, Yehuda Ha´Jasid lideró un movimiento migratorio a Jerusalén. El viaje  pasaba por Tesalónica y por Esmirna; hay hasta cuadros que  atestiguan la presencia de los rabinos polacos en Esmirna;  quizás los Meyujás se movieran con este grupo de askenazím y, por eso,  en su idiosincrasia rabínica vaya implícito el mezclarse incluso para matrinonios, (cosa nada habitual hasta hace relativamente poco tiempo)

El primer grupo llegó el 14 de octubre de 1700 y estaba compuesto por 200 askenazíes y 400 sefardíes. La comunidad judía de Jerusalén de entonces no podía hacerse cargo de ellos -no había tantos medios-y además se temía  que fueran un encubierto grupo de sabateos.  Contrajeron deudas irresolubles con los árabes, pues  quisieron construir una pequeña sinagoga, pero no pudiendo asumir el pago de la deuda,  y los árabes la quemaron en venganza: era la famosísima sinagoga de  la Jurvá, destruida siglos después por los jordanos en la Guerra de la Independencia. Las autoridades otomanas intervinieron en los tumultos de aquel incendio expulsando a los askenazíes de Jerusalén, que se fueron a Jebrón, Tsfat, Tiberias.

Casa de los Meyujás, de 1873, una de las primeras en salir de las murallas. Al fondo, Silwan, Siloé.

Jerusalén, en el S XVIII,  no era sitio fácil para traer un hijo en una nueva tierra, pero en 1701 nació Rafael Meyujás,  -r. Moshe Rafael ben rabi Shmuel Meyujás.  Por un lado, fue nieto de un notorio  rabino marroquí con yeshivá en Jerusalén, r Israel Yaakov Jaguíz; por otro lado fue nieto de r Moshé Meyujás,  e hijo de r. Shumuel Meyujás.  Cuando tenía 20 años y estudiaba en la yeshivá de los Pereira, la vida en Jerusalén se volvió muy difícil: en 1722 hubo una gran hambruna y al año siguiente los otomanos pusieron en la ciudad a un gobernante muy déspota que impuso a la comunidad una cantidad desorbitada de impuestos para provocar su huída. El plazo dado para pagar aquella suma  era de 91 días y,  mientras tanto,  metió preso a r Moshé Meyujás. El joven Rafael partió de inmediato a Constantinopla para hablar con los rabinos y pedir que intercedieran con las autoridades otomanas. Volvió triunfante al día siguiente de Purim, que quedó como fecha importantísima para la familia hasta hoy en día. En 1756 fue nombrado Rishon Le´Tzion,  cargo que desempeñó hasta su fallecimiento en el verano de  1771. Está enterrado en el Monte de los Olivos.

Su hermano ,  Abraham Meyujás, autor de «Sdé Ha´Artez», huérfano desde los dos años y criado por su abuelo, quedó ciego a la edad de 40, mientras era uno de los tres jueces del rabinato de su hermano.

Hijo de Rafael, esto es sobrino de Abraham, fue r. Moshé Yosef Mordejai Meyujás, nacido en 1733,  también autor de numerosos libros; su nombre ya contaba entre los grandes rabinos de Jerusalén a la temprana edad de quince años; no en vano estudió en Bet El con Ha´Jidá. Casó con la hija de r. Yom Tov Algazi y fue emisario en La India;   fue el primer Rishon L¨Zion del S XIX, comenzando su rabinato  en el año 1803, aunque ostentó el cargo por poco tiempo, pues  murió en 1806. Cuando las tropas de Napoleón llegaron a Ramala, lanzó una takaná para no tener que dejar de trabajar en Shabat y conseguir fortalecer las murallas de Jerusalén.

Su hijo, el rabino Rajamím Natán casó con Miriam Pariente, de Salónica; era matarife ritual (shojet) Pero intramuros, por razones del miedo a las pandemias,  no había matadero, así que usaba uno cercano a Siloé, fuera de ciudad. Como se sacrificaba antes del amanecer para que llegara la carne fresca a primera hora de la mañana, tenía que vivir fuera de las murallas (por la noche se cerraban por miedo a los bandidos) y de ahí viene la famosa casa de los Meyujás en Silwan. (Vid. foto principal de este artículo) En 1914 se descubrió que la casa estaba construida sobre las tumbas de la familia del rey David. Actualmente viven allí dos miembros de la familia, totalmente respetados por el vecindario íntegramente musulmán.

Su hijo, Yosef Meyujás, nació en 1868, y fue profesor y escritor, además de uno de los fundadores del barrio de Sa´arei Tzedk, al oeste del shuk (zoco) Cuñado del rabino askenazí Yejaiel Mijael Pines, cuando los matrimonios mixtos no eran nada comúnes. Fue presidente del Comité Judío ante la autoridad del Mandato Británico

Su hijo, y su tocayo, nacido  en 1929 -el año de la masacre de Jebrón-  fue Yakir Yeruhsalyim, algo así como Hijo Predilecto de Jerusalén. Nació en la casa de Siloé. Luchó en el Palmáj (uno de los tres organismo lo que luego  conformarían las FDI) donde desempeñó importantes cargos con las juventudes y se dedicó a cuidar de las condiciones de los niños  pobres. También enseñó en Tánger y en Túnez.

Hoy en día es muy conocido para los habitantes de Jerusalén,  el restaurante de los Meyujás, abierto en la plaza de Moreno Meyujás, centro de Jerusalén, kasher le´mehadrím, donde se sirve uno de los mejores jumus de la ciudad, sino el mejor, además de todas las delicias típicas de la cocina sefardí en Jerusalén.