Uno de los grandes templos hebreos en la Ciudad de la Luz, nacido de esa maravillosa costumbre judía de la disensión.
París, Distrito IX -donde el Palais Garnier (la Opera de Paris) el Casino, el Folies Bergére, la sala Olympia o el Lycèe Condorcet. Y en ese distrito de marcada presencia judía, una pequeña y estrecha calle típicamente parisina, la Rue Buffault, en recuerdo de un concejal anterior a la Revolución Francesa. En este distrito, hay iglesias, como en todo París, pero no hay ni un sólo edificio musulmán. El judaísmo parisino tiene aquí no sólo su Gran Rabinato, sino también seis sinagogas: dos askenazíes, dos sefardíes, una de Lubabitch y, por último, la de Beth-El Saulnier, sin categorizar.
París, Distrito IX, donde en el s XIX los judíos de Alsacia y la Renania, con aquello de la guerra franco-prusiana, construyeron la sinagoga de los alemanes en la calle de la Victoire; donde en el mismo siglo los judíos de España y Portugal , con las fortunas bancarias de la Compañía de la Indias Occidentales, como los Gradis o como La Bondadosa, habían abandonado la ciudad de Burdeos , por ejemplo, para montar sede en París; y donde en el S XIX los judíos otomanos ennoblecidos por el rey de Italia -Los Camondo- levantaron un imperio de la belleza artística que podría ensombrecer a la misma Maison Rothschild.
En aquellos tiempos del II Imperio, a alguien le pareció buena idea crear un nuevo rito sinagogal, que llamarían de Tsarfat, fundiendo el rito askenazí y sefardí -mucha fraternité era eso- y desarrollar esa liturgia híbrida en una sinagoga que construirían en la ya mencionada calle de la Victoire. Hasta que empezaron los desacuerdos: Los askenazís preguntaban : ¿en dónde poner la bimá? Y los sefardíes se hacían la misma pregunta. ¿en dónde situar la tebá? No hubo acuerdo. Y entonces -1875, los sefardíes de Burdeos, de Bayona, del Condado Venaissin e incluso del Imperio Otomano, que también querían una Gran Sinagogue digna de La Grandeur de la France, decidieron construir la Sinagoga de Buffault bajo un comité que llamaron la «Sociedad Civil del Templo Israelita siguiendo el rito español portugués dicho séphardi».
Entre los donantes para tal empresa, potentados como Gustave de Rothschild, segundo hijo del barón de Rothschild, pero especialmente personalidades de origen sefardí como la filántropa Cécile Furtado-Heine, nieta del rabino de Bayona, o el financiero Eugène Pereire y la gran familia del conde de Camondo, que por aquellas fechas habían abandonado Constantinopla para radicarse en París. No obstante, la cantidad de francos recolectados no era suficiente para pagar los objetivos deseados ; entonces, Daniel Iffla, más conocido como OSIRIS, banquero y mecenas sefardí de Marruecos , aportó la cantidad restante para la construcción de la sinagoga. Osiris era muy gallardo para estas cosas: cuando el Consistorio Israelita le prohibió casar a una sobrina en la sinagoga, mandó construir una para tal efecto: la de Tours.
En 1877, el arquitecto Stanislas Ferrand decidió que la fachada principal llevaría tres arcos de medio punto y sobre ellos dos Tablas de la Ley y una cita tanájica: «Sé bendecido cuando llegues, bendito cuando salgas» (Deut, XXVIII, 6); tras un atrio, como corresponde a toda sinagoga que se precie, seis portones dan entrada a la gran nave, cuya ornamentación interior fue confiada a Albert Philippe Le Roy de Bonneville.
El Hejal -para los askenazíes el Arón ha´Kodesh- es impresionante, flanqueado por dos columnas de mármol en recuerdo de las dos columnas del hejál del Templo de Jerusalén, Boas y Yajín, cubriendo la madera una enorme parojet (cortínón de terciopelo) del mismo color sagrado del argamán. En el techo, cuatro rosetones y el Ner Tamid, la vela eterna, a nombre de su donante, Mme Veuve David Léon, la viuda de David León.
La sinagoga tiene capacidad para 900 personas- 600 hombres en la planta baja y 300 mujeres en las galerías.
Hoy en día la sinagoga sefardí del distrito IX es frecuentada por los judíos parisinos con origen en Orán, Argelia, todos ellos descendientes de los judíos sefardíes de Mallorca, que previamente habían huido del antisemitismo sevillano en 1391 y de los judíos de Cartagena y Cádiz en 1492 ; no se asentaron sólo en Orán, sino también en el puerto de Tremecén. Los Cansino, los Zapico, los Saporta, etc.
Osiris -llamémosle como le llamaron todos- en función de sus altísimas donaciones, quiso tener voz en cuanto al emplazamiento de las placas dedicatorias, en detrimento de otros benefactores. Se nombra en esas placas a Baruj Spinoza, condenado al ostracismo del judaísmo por su herejía -jérem- y al poeta romántico Heine, que se convirtió al protestantismo en los últimos años de su vida. Se llegó así a los juzgados, pero se zanjó el asunto con un acuerdo final por ambas partes. Otros nombres de los célebres Hijos de Israel cuyo nombre fue grabado , Fromental HaLevy, músico -y esposo de Leonie Gradis, escultora, madre de Genevieve Halevy, arquetipo de la condesa de Guermantes para Proust, y que luego fue madame Strauss, al casarse con el abogado y dicen que bastardo de los Rothschild, Emile Strauss, antepasado del conocido Strauss-Khan. Y Hillel el Viejo, Maimónides, Ibn Gavirol, Yehuda ha´Levi. Todos. Y por supuesto cuando decimos todos, empezamos por los Patriarcas.
Esta sinagoga, tal cual es preceptivo, tiene su hejal mirando hacia Jerusalén.
París , Distrito IX, Sinagoga de Buffault, donde en el S XXI -el año pasado- Shlomo Amar , Rabino Mayor Sefardí de Jerusalén, dio una conferencia bajo los gritos irrespetuosos de miembros de la comunidad askenazí de París, que no toleraba que hablara de los judíos negacionistas y liberales.
La sinagoga de Buffault, creada de esa maravillosa costumbre judía de la disensión.
El rabino que oficia en esta sinagoga, Haïm Korsia, nacido en Lyon, pero de padres de Tremecen, Argelia, es el actual Gran Rabino de Francia. Primero fue secretario de sus dos predecesores. Conocido por su sentido del humor se autodefine como ortodoxo moderno.
Criticó abiertamente las posturas del presidente Obama cuando la toma de rehenes de Hypercasher, en París y tampoco le tiembla el pulso si debe criticar a los legisladores de la República Francesa si toman resoluciones nefastas para el judaismo, tanto en Francia como a nivel internacional.