LA SINAGOGA DE HUESCA

La sinagoga mejor conservada en Aragón necesita ser declarada bien de interés cultural para evitar su derrumbe.


Datada en el S XV, y con usos extra-litúrgicos tras el Edicto de Granada, el edificio conocido como la Sinagoga de Huesca es una imponente ruina que amenaza con acabar de derrumbarse, víctima del abandono y la desidia a lo largo de los años y  a espaldas de las autoridades oscenses.

La calle de S. Jorge, llamada en tiempos de la judería de los argenteros -de donde presuponemos que había buenos artesanos plateros en Huesca- es mencionada como calle mayor de la judería  en varios documentos, especialmente en un  documento de 1483 donde se manda “fazer a la redonda bancos o respaldos o guardapolvos verdugados” de la misma manera y como prolongación de otros que hay estaban comenzados , “e assi mesmo dos bancos debaxo la tribuna de la dita sinoga… e asi mesmo en hum patio que está de fuera a la puerta segunda de la sinoga jus la cambra de las mulleres, haya de fazer banquos a la redonda, de la fusta viella de la sinoga, e sitiar assi la rexas de fusta que le daran..”

La ruinosa situación la  han denunciado unos cuantos historiadores  encabezados por el Sr. Antonio Naval Mas. El edificio, escondido tras un hotel, está en una calle apenas frecuentada, pero sería una pena que una parte tan importante de patrimonio quedara reducido a escombros. El Ayuntamiento de Huesca El Ayuntamiento de Huesca se ha hecho eco de este clamor de los científicos de la historia y solicitará  al Gobierno de Aragón que lo declare bien de interés cultural (BIC) para  poder acometer su rehabilitación y conservación.

El proyecto es iniciativa de una moción presentada en el pleno municipal por Ciudadanos, y recibió el apoyo de todos los grupos políticos excepto el PP.

Además, la rehabilitación de esta fachada y su techumbre pretende rehabilitar también el estudio de la judería oscense, que en su tiempo fue una de las más importantes de Aragón, junto a la de Zaragoza o Calatayud, con algo más de 1000 judíos en una localidad que entonces tenía en total 3000 habitantes.

En 1975  se conservaba aún  el azulejo usado como  sello de propiedad, pero parte del edifcio fue adquirido a la universidad, que es su propietaria, para facilitar una entrada a la escuela de Magisterio, pero el proyecto por suerte no se llevó a cabo.

Los historiadores suponen que debajo de las capas de pintura de las paredes haya inscripciones hebreas relativas al carácter sinagogal del solar.

Grabado con la imagen de la sinagoga

Antonio Naval dice: «La calle de San Jorge había sido lugar de paso para la iglesia y la fuente. Este hecho causó no pocos roces con la comunidad judía de Huesca que veía alterada su intimidad con el paso obligado de cristianos de la ciudad. Los habitantes de Huesca con respecto a los judíos oscenses mantuvieron los mismos altibajos en el respeto o persecución que en otras ciudades, no siendo siempre pacifica la convivencia, contrariamente a lo que ahora nos interesa demostrar. En las persecuciones que los cristianos hicieron a los judíos fue relativamente frecuente acusarles de desgracias personales y colectivas. Entre ellas la peste negra de mediados del siglo XIV. Se generalizó el acusarles de la profanación de hostias consagradas. En relación con una acusación de este tipo se hizo celebre un proceso de 1377 llevado a cabo en Huesca con consecuencias de refinada crueldad. Por otra parte, la historia de los judíos oscenses dio nombres sobresalientes en el saber, la ciencia y las artes.»

El Portal de S Cipriano, n6, en este mapa, el lugar exacto donde se ubica el edificio.