
Historia de la obligada conversión del judío más rico de Valencia en 1391.
El domingo nueve de julio de 1391, la judería de la ciudad de Valencia, una de las más importantes del Reino de Aragón, es asaltada con extremada violencia; muchos de sus moradores van a ser asesinados, muchas de sus mujeres van a ser violadas y el saqueo de las casas y tiendas es general. Algunos consiguen huir, en especial a la cercana judería de Sagunto, pero otros no pueden hacerlo. Entre estos están los que bajo amenaza de muerte – y contraviniendo las órdenes reales – son obligados a convertirse al cristianismo al grito de «muyren los dits juehus o’s facen christíans» (mueran los judíos o háganse cristianos). Dicen que hubo tal número de conversiones que en Valencia no era posible encontrarse ni una sola crisma.
Cinco días después – así dicen Amador de los Ríos, Graetz, Hinojosa Montalvo y la obra historiográfica judía «Shebet Yehudá» – el judío más rico de Valencia, D. Samuel Abravalla, recaudador del marqués de Villena en la localidad de Gandía y de todos los impuestos del reino de Murcia así como del obispado de Cartagena. Abravalla será, junto al gran rabino de Valencia, uno de los hebreos que serán forzados a someterse a las aguas del bautismo en el palacio de En Gascó (no identificado) bajo el padrinazgo del marqués de Villena y duque Gandía, D. Alfonso de Aragón El Viejo – nieto de Jaime II y primo de Pedro IV el Ceremonioso – y tomando por eso el nombre converso de Alfonso Ferrandes de Vilanova. El noble que lo apadrinó en el bautismo forzoso, hay que decirlo, en 1366, cuando la guerra civil contra Castilla, fue quien diriigió la defensa de Valencia ante el ataque de Pedro I (la facción que apoyaban los judíos) y apoyó al hermanastro de Pedro I, Enrique de Tratamara, que por eso le hizo marqués de Villena. Enrique El Fratricida, al ir a asesinar a su hermanastro en el castillo de Montiel, le trató de hijo de puta judío de tan famoso como era el apoyo que Pedro I otorgaba a los judíos. También es digno de notarse que el hijo del tercer duque de Gandía, Francisco de Borja, de la Casa de los Borgia, en 1530 había sido nombrado marqués de Lombay, precisamente el lugar donde D. Samuel Abrvalla tenía en propiedad la villa de Vilanova.
Unos días después, el rey proclamó un edicto en el que prohibía que se practicasen conversiones forzadas.
D. Samuel Abraballa no permaneció mucho tiempo «cristiano». En cuanto pudo , retornó a su judaísmo natal. Y esto ocurrió en Roma.
Bibliografía:
- HINOJOSA MONTALVO, J.: «Los judíos en el reino de Valencia durante el siglo XV», Anales de ¡a Universidad de Alicante. Historia Medieval, 3, 1984
- FRANCISCO DANVILA, «El robo de la Judería de Valencia en 1391», Boletín de la Real Academia de la Hª,