Abraham Bar Jiya Ha´Nasí, importante científico sefardí de la Barcelona del SXI.
Abraham bar Jiya fue a nacer hacia el año de 1065 en algún lugar indeterminado de los territorios del AL Andalus en el Valle del Ebro, entonces gobernado por la dinastía de los hudíes en la taifa de Zaragoza, que se extendía hasta Tortosa y que era la segunda más grande, después de Sevilla. En Zaragoza se formó en el conocimiento de la ciencia de los árabes y allí llegó a desempeñar cargos administrativos -jefe de la guardia, Sáhib al Xorta, de donde por corrupción lingüística se le apodará entre los cristianos «Savasorda».
No obstante, posiblmente por las inestabilidades de los ataques de los almorávides sobre la taifa de Zaragoza, pasó a residir en la ya reconquistada Barcelona, donde pasará el resto de su vida.
Jiya fue toda su vida un hombre de ciencia, un amante del saber empírico, versado en matemáticas y astronomía, un difusor -por vía escrita- del saber arábigo en lengua hebrea, a quien por todo ello se le distinguió agregando a su nombre el título de principal, Nasí, honor presidencial dado a los descendientes del Rey David y de Ezequías, el jefe del exilio babilónico, que emigró a Sfarad para que la Historia del mundo rabínico diera paso a la era de los rishoním (los primeros -en estudiar la Mishná fuera de Babilonia)
Además de su propia obra, bar Jiya tradujo a luminarias griegas de la talla de Platón de Tívoli al provenzal, y tradujo al latín , la lengua de la ciencia entonces, como una decena de obras de los árabes.
Cuando escribía en hebreo lo hacía de una manera sumamente creativa, lo que indica un conocimiento profundo de la lengua sagrada, pues escribía creando neologismos del campo semántico de la ciencia que aún hoy son objeto de profundas investigaciones en el mundo de la Filología Semítica. Hasta él nunca se había escrito ciencia en hebreo, sino en árabe.
.Su obra más famosa es el «Jibur Ha´Mesilá Ve´Ha-Tishboret», un tratado sobre mediciones y cálculo de gran predicamento durante toda la Edad Media por tratar por primera vez las ecuaciones de segundo grado.
Fue la personalidad que descubrió al Occidente el mundo del álgebra, con lo que eso tiene para el desarrollo de las matemáticas.
También fue autor de una enciclopedia de geometría y aritmética, la primera en hebreo, titulada «Yesod Ha´Tevuná U´Migdal Ha´emuná», , que traducimos literalemente como «Fundamentos de la inteligencia y torre de la fe». Los manuscritos, incompletos, loados por el mismo Rambám, que lo usó para su propia obra, duermen el sueño de los siglos en las bibliotecas de Paris y Parma, Roma o Berlín.
También le interesó la geografía, creyendo que la Tierra estaba dividia en una parte sólida y en otra líquida, mientras que los científicos medievales, seguidores del aristotelismo, creían que eran cinco partes.
Todos los componentes de la era rabínica de los Rishoním le tuvieron en gran estima y no sólo por sus estudios en el mundo de la ciencia sino también por sus cuidados del mundo halájico, pues el conocimiento de los astros y sus movimientos influyeron en las halajot del Kidush Ha´Jodesh -en Rosh jodesh no se ve la luna. De hecho escribió un libro sobre el calendario hebreo, y el libro tená tal predicamento que el mismo Rambám lo menciona entre sus fuentes para su propia obra.
Murió en 1136. Alav Ha´Shalóm.