EL ORIGEN DE «PRI ETZ HADAR»

Historia de la obra que generó el seder de Tu Bi´Shvat.


 En 1732, en Esmirna, R. ISRAEL YAAKOV ALGAZI, que ya tiene 52 años de edad, manda publicar un manuscrito anónimo que dice haber encontrado entre los papeles de los mekubalím de Tsfat. La obra, titulada «El placer de los días» (Jemdat Yamím)  causa sensación, tanto para bien como para mal: unos la leen con devoción por su interés moral, pero  otros la desprecian porque apesta a sabateísmo. Quizás por esta razón se publicó de forma anónima con el consabido recurso cervantino de un casual hallazgo e incluso acaso por este motivo Algazi abandonó definitivamente Esmirna y se fue a Jerusalén.

 En 1732 ya hacía más de 54 años que había muerto, convertido al Islam,  SHABTAI TZVÍ, EL MÁS FAMOSO DE LOS FALSOS MESÍAS y epicentro generador de la secta de los sabateos. Pero la conmocción cuasi-cismática que este personaje supuso para el judaísmo del S XVII volvía a sacudir el orbe rabínico. En la obra de Jemdat Yamím (que podrían ser los días aquellos en que nació el sabetaísmo) aparecían una serie de poemas; además de algunos artículos que despertaba la nerastenia sabatea, en uno de los poemas editados aparecía,  como es habitual, un acróstico, pero en este caso un acróstico perturbador: Nathan Azati, Nathán el gazatí, la mano derecha de Shabtay Ben Tzví. Hoy en día, los hebraístas convienen que no se trata de una obra sabatea, sino de una antología de estudiantes de la Escuela de Kabalá del Ari en Tsfat. La obra tiene su importancia halájica porque, por ejemplo, sienta las bases de la Halajá para el séptimo día de Pesaj en el rito de los sefardíes. Y también porque es el germen del Seder de Tu Bi´Shvat.

 De la obra de «Jemdat Yamím»  se extrajo, 20 años más tarde, en Salónica,  la parte que se refería a las fiestas que no aparecen en La Torá -como Januká o Purim o Tu Bi´Shvat….Ese nuevo libro, sin las halajot kabalísticas del resto de las fiestas que sí aparecen en La Torá- se llamó «Pri Etz Hadar». El título es ambiguo, pues lo podemos entender como «El Fruto de la Gloria» y el «Fruto de los cítricos» (la cidra, el etrog de Sukot) . Fue tal el exito que se realizaron 32 ediciones en distintas imprentas de todo el mundo: Venecia, Pisa, Livorno, Amsterdam, Constantinopla, Salónica, Jerusalén, Bagdad, Djerba…Todo el mundo quería tener esta especie de manual donde no sólo se especificaban los modos de proceder halájicamente en las fiestas talmúdicas, sino además comprender los significados ocultos de las formas a través de la ciencia de la mística.

 Es en ese Libro donde se especifica una macroestructura que imita al Seder de Pesaj, con sus cuatro copas, intercalando en medio las bendiciones de 26 frutos -número de la guematría del tetragramton del Nombre- con intercalados de piutím y extractos tanto de La Torá como de los Libros de los Profetas y pasajes de La Mishná y El Zohar. Posteriormente, como el seder se internacionalizó, cada comunidad le fue agregando algunas costumbres propias. Las frutas las dividen en tres grupos: los que se comen enteros (con su piel), los que tienen hueso (los dátiles, por ejemplo, o las aceitunas) y los que se come sólo lo de dentro, como las almendras.

 Luego, en la época de la Segunda Aliá, ya en el S XX, a través de la Fundación Keren Kayemet Le´Israel, comenzaron nuevas costumbres, como la de la plantación de árboles, con la paulatina conciencia ecológica que se le da hoy en día.

 Sólo una cosa ha permanecido a este respecto intacta. seguimos sin saber quién es el autor.